Todo el pueblo debe luchar contra la corrupción, lo que se roban los corruptos se lo roban al pueblo

Llamamos a todas las organizaciones popular a la lucha contra los corruptos y contra los corruptores.

Humberto Vargas Carbonell

Se levantó la tapa que cubría las porquerías de Conavi. Habrá que levantar muchas tapas más, ya que las miasmas pestilentes rodean todo el territorio nacional. El mal olor es insoportable, pero no debe ser un freno sino un acicate para continuar y fortalecer la lucha del pueblo contra la corrupción.

Las nuevas luchas contra los corruptos y contra los corruptores deben ser uno de objetivos de los luchadores por la justicia social. Los bandidos, depredadores y rateros, le están robando al pueblo. Es evidente que los que roban al Estado le roban a un ente jurídico cuyas necesidades son absolutamente abstractas. Las necesidades concretas las han sufrido y las sufren siempre los trabajadores y, a su lado, todo el conjunto de los empobrecidos por la explotación capitalista.

Si aún queda una pizca de vergüenza en la Asamblea Legislativa los diputados deben derogar todas las leyes contrarias a los intereses y los derechos de los trabajadores y de otros sectores populares. A los ricos se les perdonan las deudas y, como está demostrado, se les permite acumular enormes capitales utilizando la corrupción. Cientos de grandes empresas no pagan impuestos sobre sus ganancias.

Ahora están en el candelero Mélida Solís y Carlos Cerdas y a su lado muchos otros millonarios, constituidos en una organización criminal.

Esto no es, como dicen algunos, una vergüenza para el gobierno, es una responsabilidad por la que deben ser castigados, sea por sus faltas políticas y éticas; si es del caso también por sus actos penalizados.

Lo ocurrido en Conavi no es un acto aislado, es apenas una muestra de lo que ocurre en toda la administración central y, sobre todo, en los organismos privilegiados con funciones desconcentradas, sean máximas o mínimas.

Conavi ha gozado de una “desconcentración máxima”, lo que significa que no tienen ningún control, adquieren el derecho de decidir sin control.

Ahora lo que dice jurisprudencia: “Ahora bien, cuando un órgano presenta un grado de desconcentración máxima, de acuerdo al incido 3) del artículo 85 de la Ley General de la Administración Pública, estamos ante un panorama diferente, donde el superior además de estar imposibilitado para avocar competencias del inferior y revisar o sustituir su conducta (ya sea de oficio o a instancia de parte), está igualmente inhibido de dar órdenes, instrucciones o circulares al órgano inferior”.

Resulta entonces que Conavi fue concebida como una oportunidad de robar y seguir robando casi desde el momento de su creación, obviamente sin un control eficiente. Fue creada durante el Gobierno de José María Figueres y, a partir de ahí, siguió su rumbo particular, pero siempre contra los intereses de la sociedad costarricense.

Conavi representa un daño al interés nacional no solamente por los robos de dineros públicos sino además porque se creó la posibilidad de se construyeran obras de gran importancia sin la vigilancia obligatoria y con grandes errores constructivos. Todavía guardamos la esperanza de que estas fallas y faltas no se traduzcan en graves daños a la población. El Gobierno y otras entidades oficiales deben hacer una minuciosa revisión de las fallas denunciadas.

Así es que muchos miles de millones de colones y, además, muchos millones de dólares, puesto que muchas de las obras de infraestructura se han pagado a bancos y a instituciones extranjeras, han sido robados y dilapidados en construcciones sin el cumplimiento de los requerimientos científicos y técnicos indispensables. Si llegara a ocurrir una desgracia en esas obras, los corruptos y los corruptores deberán ser castigado con las máximas penas previstas en el Código Penal.

Las organizaciones sociales, los sindicatos, los campesinos, los pescadores, las organizaciones juveniles, las organizaciones políticas de la izquierda y todos los costarricenses honestos, deben cumplir el deber patriótico de unirse para luchar contra la corrupción.

La corrupción es un generador de pobreza y de penurias para los sectores sociales de bajos ingresos.

Los recursos que se roban los corruptos y los corruptores podrían servir para dar vivienda digna a los que carecen de ella; para abrir nuevas universidades y para crear un amplio  sistema de becas en todas las etapas de la educación pública; podrían también servir para estimular la agricultura campesina, ahora en situación crítica y para desarrollar una agroindustria moderna; podría también ayudar a incentivar nuevos  estímulos y desarrollos de la pesca artesanal y para la industrialización de sus productos; podría contribuir al desarrollo de las medianas y pequeñas empresas industriales y comerciales; también para  un mejoramiento de los servicios de atención médica en la CCSS y en otros sistemas públicos de salud.

La eficiencia y la honestidad en las funciones públicas podrían cambiar la situación actual y lograr remover los obstáculos que conspiran permanentemente contra la aspiración a una vida digna para todo el pueblo.

Las organizaciones del pueblo deben exigir la creación de organismos públicos y populares para la lucha contra la corrupción. Ninguno de los gobiernos de las últimas décadas ha hecho nada en la lucha contra la corrupción; por eso es razonable presumir que las principales figuras de la política burguesas han sido beneficiarios de actos corruptos y, por esa misma razón, cómplices de los corruptores.

Para que la lucha contra la corrupción sea eficaz es imprescindible blindar a los denunciantes, de modo para que puedan evitar las represalias de los corruptos. Si no fuera así, los denunciantes quedarían en estado de absoluta indefensión frente a los corruptos. Obviamente, de tal principio serían exceptuados los casos en que se demuestre que la denuncia tuvo, como propósito evidente y debidamente comprobado, el propósito de causar daño al denunciado.

La lucha contra la corrupción no debe detenerse.

Todo depende de los patriotas, de los luchadores por la justicia social y por la igualdad.

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