Las falacias del exministro de Hacienda comparando a Costa Rica con Argentina y Venezuela

«Falacia en lógica es un argumento que parece válido, pero no lo es. ​​ Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia

Por: Martín Rodríguez Espinoza

En palabras del ahora exministro de hacienda, Rodrigo Chaves, “Estamos a puertas de caer como Argentina y Venezuela”, refiriéndose a “altas inflaciones, menores salarios, más pobreza, mayor inseguridad, saqueos y disturbios sociales”, una aseveración como esa, a la luz de los acontecimientos y sin tomar en cuenta las razones por las cuales eso es así podría tomarse como una verdad absoluta, pero no lo es.

Por otra parte, cuando hablamos de crisis no podemos hablar de una “crisis” económica sin dejar claro que esas crisis corresponden a la naturaleza misma del capitalismo, un sistema decadente, corrupto y criminal.

Las realidades de Costa Rica, Argentina y Venezuela, como pueden ser las de otras naciones, coinciden en sus efectos, pero no totalmente (al menos en la forma) en las razones por las cuales se llegó a esa situación, aunque todos tienen un denominador común.

¿Cuál es el denominador común?, oligarquías corruptas que mantienen su poder económico y político a costa del desempleo, la pobreza y la miseria de sus pueblos, exceptuando la República Bolivariana de Venezuela, cuya oligarquía, mediante el terrorismo trata de recuperar ese poder.

El caso de la República Bolivariana de Venezuela

El pueblo venezolano se ha logrado imponer, luego de gobiernos criminales de la derecha, y mantiene su respaldo a los gobiernos del Comandante Hugo Chávez antes y de Nicolás Maduro hoy, porque saben, conocen y han vivido la mentira de gobiernos como los de Carlos Andrés Pérez, entre otros, y que desde 1999, hace tan solo 21 años, lo que gobiernos revolucionarios le dan. No vamos a adentrarnos en esta parte de la historia, solo diremos que ningún otro país del mundo ha realizado más procesos electorales y Referéndum revocatorios o de legitimación ganados, gracias a ese apoyo del pueblo venezolano.

Pero también, y aquí se “equivoca”, de la A a la Z el exministro Chaves. Venezuela sufre las penurias que sufre únicamente por el bloqueo comercial, económico, financiero, y las acciones terroristas contra sus sistemas eléctrico, de agua potable y petrolero, además del robo de sus riquezas de oro en el exterior, todo impuesto por los Estados Unidos. Todo el mundo ve con claridad que las consecuencias de “estas medidas coercitivas unilaterales constituyen crímenes de lesa humanidad; en este caso, contra la población civil de Venezuela.”, como bien dijo el Canciller de Venezuela en La Haya.

El gobierno norteamericano actúa de esa forma contra los pueblos que no le son sumisos, obedientes, y utiliza, desde el financiamiento de hordas delincuenciales, criminales, así como ONG´s que con “piel de oveja” intentan provocar desestabilización y golpes de Estado ante la imposibilidad de encontrar en la oposición líderes que ganen el voto del pueblo. La oposición, corrupta como es, utiliza su trinchera para ganarse unos dólares del imperio norteamericano, que no son pocos, son millones, generando una sucesión de acciones desestabilizadoras contra Venezuela, desde el golpe de Estado en abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez; el plan “La Salida” (una escalada de violencia en febrero de 2014) y las manifestaciones violentas de 2017.

El bloqueo económico y comercial que ha impuesto el gobierno de Estados Unidos a Venezuela, entre otras consecuencias, limita al Estado venezolano su capacidad de importación de bienes básicos como alimentos y medicinas, repuestos, equipos médicos, etc. La ilegalidad de estas medidas coercitivas unilaterales transgrede la Carta de las Naciones Unidas y perjudican a todo un pueblo.

Así que utilizar la situación de Venezuela para compararlo con la crisis política, económica y social en Costa Rica, es solo un chantaje y manipulación, lo único que tienen en común es a Estados Unidos y a una corrupta oligarquía.

El caso “curioso” de la República Argentina

Digo “curioso”, quizás no sea el calificativo adecuado, sin embargo, lo que quiero decir es que los argentinos salieron de las cenizas con un gobierno progresista, luego les dieron la espalda y volvieron a sufrir con el gobierno corrupto de Macri, vuelven a sufrir para volver a recapacitar.

Lo de Argentina es diferente, porque, desde el año 2000, en intervalos, ha tenido gobiernos progresistas que han logrado avances importantes, como fue el recuperar a un país en la bancarrota en el año 2000-2002.

Argentina atraviesa el periodo más largo con elecciones libres y sin proscripciones desde 1983, después del fin de la más dramática dictadura militar de su historia, apoyada y financiada por una oligarquía corrupta y los Estados Unidos.

Este proceso concluyó con el emblemático Juicio a la Juntas militares en 1985, en la derogación y anulación de todas las leyes de impunidad aprobadas en los años 90 en 2003 y en el hecho de que en la actualidad haya más de 700 presos por crímenes de lesa humanidad, aunque posteriormente, en 2017 les redujeron las penas. Esto provocó una gran crisis y protestas. Entonces, en 1989, llega al poder el gobierno de Carlos Menem, delfín del Fondo Monetario Internacional, FMI, y lacayo de los Estados Unidos.

Con una inflación provocada por la aplicación de las medidas del FMI del 300% en el gobierno de Raúl Alfonsín, en el de Carlos Menem, tras privatizaciones de empresas estatales, aumentos de impuestos, recortes presupuestarios a instituciones estatales y despidos masivos, la inflación superó el 3.000%. En la década de 1991 al 2001 los argentinos soportaron no solo un neoliberalismo extremo, sino el aumento del desempleo, que pasó de 6% en 1989 a 22% en 2002.

Obviamente en todo esto el gran empresariado, la oligarquía más rancia, se veía favorecida y una clase media baja, pequeña burguesía, se veía ya en los límites de lo que más temían, la pobreza.

Así surge una propuesta alternativa, progresista que, bajo el liderazgo de Ernesto Kirchner y posteriormente de Cristina Fernández, su esposa, se inicia la reactivación económica basada en la premisa de primero reconstruir el país y luego pagar al FMI.

Empresas privatizadas antes, se cooperativizaron, se entregaron a manos de la clase trabajadora. Logran pagar al FMI y dejan al país en una posición en la cual el Fondo Monetario Internacional ya no puede chantajearlos y recupera a la Argentina para los argentinos. Pero les faltó algo más, organización y empoderamiento de las bases que lograron que llegaran al gobierno. Así una clase media alta, nuevamente con poder económico le dio la espalda y apoyaron a un agente del FMI para que llegara al poder, Mauricio Macri. ¿Las consecuencias?, ya las conocemos, un país con privatizaciones, desempleo, aumento de la inflación y nuevamente en manos de la mafia del Fondo Monetario Internacional, instrumento de los Estados Unidos para someter países.

La Argentina entra de nuevo en “crisis”, para nuevamente terminar reconociendo que es mejor un gobierno progresista y votan por el gobierno actual.

Con Costa Rica el denominador común es… nuevamente el FMI

Y lo que son las cosas, Rodrigo Chaves, alto funcionario del Fondo Monetario Internacional, que vio como la oligarquía corrupta de Costa Rica lo desecha y es destituido de su cargo de ministro de hacienda, retoma el guion fondomonetarista para decirnos hoy que “la reforma que necesita Costa Rica conlleva “sudor, sangre y lágrimas””, lo que no dice es que ese sudor, sangre y lágrimas serán derramados por el pueblo costarricense, por la clase trabajadora y por los pequeños, medianos empresarios, cooperativas, entre otros.

La “receta” es la misma, típica del Fondo Monetario Internacional, como dice Chaves, “el empresario no tendrá más opción que aceptar nuevos impuestos y los sindicatos deberán ceder a los recortes de gasto” y agrega, “hemos llegado a un punto en que los impuestos, la venta de activos y el recorte de gastos no son suficientes cada uno por separado, la propuesta es una mezcla de los tres componentes.”, lo que significa subida de precios y tarifas, despidos masivos, privatización de instituciones.

Cumpliendo esas condiciones, tendrá el gobierno en la “bolsa” 3.500 millones de dólares de “préstamo” que nos endeudará más. En todo caso todo ese dinero va aparar a las manos de los grandes empresarios y no del pueblo.

Un día sí y otro también vemos como la mafia político empresarial se empeña en recortar salarios, recortar presupuestos a instituciones de asistencia a los más necesitados, tercerización de servicios públicos, o lo que es peor, privatización total de la institución.

Lo que ha sucedido siempre, pero con mayor fuerza, desde el gobierno de Luis Alberto Monge. Recordemos que el gobierno anterior, el de Rodrigo Carazo Odio (1978-1982), sin que fuera un buen gobierno o al menos cercano al pueblo, si tuvo una acción ejemplar, dejar de pagarle al Fondo Monetario Internacional para invertir en el país.

Las consecuencias ya las conocemos, Estados Unidos, por medio del FMI, arremetió con furia y encontró en nuestra tierra a una oligarquía suficientemente corrupta como para colaborar y boicotear el gobierno de Carazo, estuvo a pocas horas de un golpe de Estado, no aguantó porque no tenía un pueblo que lo respaldara y terminó cediendo al FMI.

Entonces, viene la furia del FMI y mediante los Programas de Ajuste Estructural, PAE´s, inicia la destrucción de la institucionalidad pública, privatización tras privatización y un creciente endeudamiento. Por fin el FMI tenía a Costa Rica donde la quería.

Y, entonces, llega el hijo predilecto de los gringos, Oscar Arias Sánchez, el vendepatria y títere en la agenda geopolítica en el área latinoamericana de Estados Unidos. En sus dos gobiernos, Arias, logró una transformación institucional que nos hizo retroceder 70 años en todos los campos, económico y social.

Hoy el servilismo continúa con otros gobiernos de derecha fundamentalista, los dos del Partido Acción Ciudadana, PAC, la nueva máscara de la misma mafia político empresarial.

Evasión y elusión Fiscal, amnistías tributarias, arreglos con evasores y estafadores, lavado, paraísos fiscales, Panamá Papers, TLC, intereses de usura, estafas a las arcas del Estado, son solamente algunos de los verdaderos problemas de la crisis financiera de Costa Rica y todo lo realiza el sector político empresarial que tiene a su servicio a funcionarios públicos en las mas altas esferas del gobierno.

Lo que nos queda de institucionalidad está en la mira de esa mafia, hoy vinculada al narco, y corremos peligro de perder hasta la Caja Costarricense de Seguro Social, CCSS.

Así las cosas, no nos dejemos engañar por Rodrigo Chaves y sus falacias, él le pertenece al FMI.

Facebook Comments

Deja una respuesta