Hace 101 años Friederich Ebert asesinó a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht
Por: Martín Rodríguez Espinoza
Un 15 de enero de 1919 en Alemania, el canciller socialdemócrata alemán, Friedrich Ebert, asesinó a dos grandes figuras de la revolucionarias de Alemania: Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, porque condujeron, a través de la organización revolucionaria «La liga de spartacus», la heróica rebelión de los trabajadores alemanes contra su gobierno y la plutocracia alemana.
Rosa Luxemburgo fue asesinada y luego su cuerpo fue arrojado a un río en Berlín. Karl Liebknecht fue ejecutado con una bala en la cabeza.
Desde entonces la clase obrera del todo el mundo rinde homenaje a quienes dieron sus vidas por la revolución alemana y condenaron al canciller Friedrich Ebert que dio la orden de asesinarlos al ministro de defensa, Gustav Noske.
Para la clase trabajadora, para los comunistas de todo el mundo, y porsupuesto para el Partido Vanguardia Popular, PVP, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht vivirán para siempre.
Igualmente condenamos al reformista y asesino Friedrich Ebert, quien merece el desprecio de toda la clase trabajadora. Este asesino allanó el camino para Hitler con sus acciones contrarrevolucionarias.
A pesar de todos los esfuerzos de los reformistas contemporáneos de la Fundación Friedrich Ebert (FES), no pueden borrar la historia porque, en la actualidad, sus objetivos son los mismos: sembrar el reformismo entre los trabajadores, corromper a los sindicalistas y promover la teoría socialdemócrata del rescate del capitalismo y la explotación.
Nuestro deber es enseñar y recuperar la memoria histórica, para revelar, incluso hoy, el papel sucio de la Fundación Friedrich Ebert. Esto es lo que impone el interés de la clase obrera mundial.