Palmatica, monopolio heredero de la Yunai, impide la instalación de servicios de agua potable a los campesinos de finca nueve, en el pacífico sur
El monopolio no es propietario de esos miles de hectáreas, esas tierras pertenecen a todos los costarricenses. Los patriotas tienen el deber de luchar por lo que nos pertenece a todos.
Por: Edgar Gutiérrez Cordero
Seguramente que usted lector de estas sencillas y duras líneas se habrá tomado un vaso de agua, antes o después del desayuno y disfrutado de una refrescante y alentadora ducha para iniciar la jornada de cada día. Esta es la vida cotidiana que nadie, en su sano juicio, podría considerar un privilegio inadmisible; inadmisibles son todos los privilegios que alejan a unos de otros, los unos en un punto de la brecha social y los otros, a una distancia que podría medirse en años luz. Unos tienen todo y les sobra, los otros, los pobres, no tienen nada y quedan debiendo.
La esencia de la desigualdad se llama injusticia.
Suponemos que usted también es absolutamente consciente, como lo son los demás humanos, de que el agua es vida, y por ser vida es hermana gemela del más importante de los derechos humanos.
Y para decirlo con mayor claridad es posible afirmar que el agua que forma parte de nuestro cuerpo humano pesa más que los huesos, los músculos y los órganos vitales.
Aunque parezca mentira en esta comunidad nacional, que algunos atarantados dicen que es la más feliz del mundo, muchos hombres, mujeres, viejos y niños no gozan del privilegio del vaso de agua mañanero y menos del gozo de la ducha vivificante.
Si usted, estimado lector, se acercara a algunas de nuestras comunidades campesinas podría comprobar que lo dicho es real, aunque los “buenos burgueses” se nieguen a creerlo.
Quiero hablarle de una comunidad campesina, ubicada en el Pacífico Sur, muy cerca del Río Térraba, cuyas aguas, a veces serenas y a veces brutalmente bravías e indómitas, son siempre una invitación al amor por la naturaleza.
Esa comunidad se llama Finca Nueve. Son campesinos trabajadores, comienzan muy temprano por la mañana y se mantienen en la brega hasta que los venza el cansancio. Hacen producir sus tierras, son productores principalmente de plátanos. Cuando con los plátanos venden su propio sudor son explotados vilmente por comerciantes que más que mercaderes son auténticas pirañas.
Ahora les cuento sobre los problemas y trabajos que les cuesta los campesinos tener agua para hacer su café, o para lavar los trastos y no se diga para bañarse.
Se preguntará: ¿por qué no tienen agua en sus casas, como la tienen la inmensa mayoría de los costarricense?
Resulta que un monopolio yanqui que produce materia prima para el aceite, le impide al AA instalar los servicios de agua potable a esa comunidad.
Para el AA la brutalidad inhumana de un monopolio ha de prevalecer sobre un derecho humano fundamental, el agua. La mayoría de los costarricenses consideramos que el agua no es privatizable, que no puede someterse a las leyes del comercio, pero la institución pública se doblega ante la insolencia de una empresa extranjera.
Por otra parte, la empresa Palmatica, que es de la que estamos hablando, explota las mismas tierras en las que antes la Yunai producía bananos. Esas tierras nunca fueron propiedad de la frutera, obtuvo una concesión de explotación según un contrato ley firmado en 1938 y 50 años después en 1988, se cumplió el plazo de la concesión. El Estado entonces recuperó a plenitud la propiedad de esa región.
Es necesario que se aclare de acuerdo con qué título Palmatica está explotando las tierras que antes esquilmó la United Fruit Company.
No es propietaria, esto es seguro. ¿Qué Gobierno las cedió? ¿Conforme a que título? Estas son incógnitas que seguramente ocultan gravísimos actos de corrupción.
Y si esas tierras no son propiedad de Palmatica, puesto que son del pueblo: ¿Por qué se le confiere el derecho de impedir que se le brinde el servicio de agua a los campesinos?
¿Pueden decirnos los personeros del AA cuál es el fundamento jurídico para que una empresa extranjera impida la conexión de los servicios de agua potable a una comunidad costarricense?
El derecho del servicio de agua es primero, nadie tiene poder de negarlo. Menos la prepotencia de un monopolio explotador de tierras que son del pueblo.
Llamamos a todos los costarricenses a solidarizarse con los campesinos de Finca Nueve.
La defensa de esta comunidad campesina debe convertirse en causa de todos los costarricenses patriotas y decentes.
