El coro de los miserables y la construcción de una alternativa popular
Por: Martín Rodríguez Espinoza
No debemos perder la perspectiva, lo que acontece en Costa Rica es parte del mismo guion en el resto del mundo, el sistema capitalista decadente y putrefacto está por llegar a su límite de autodestrucción.
El capitalismo, en el desarrollo de las fuerzas productivas, llegó a su punto máximo, toda su utilidad ha sido superada y hoy deja ver todo lo negativo de un sistema basado en la explotación para buscar el máximo beneficio en el más corto plazo posible, todo sin importarle los desastres que cause, sean estos humanos, sociales o ambientales. Lo vemos todos los días.
La implementación de proyectos de ley para eliminar derechos laborales y económicos, incluso derechos humanos fundamentales no surgen porque si, son producto de una imposición del sector capitalista internacional y nacional más reaccionario y retrógrado. Su objetivo es la destrucción total de la institucionalidad desarrollada, para ello necesita eliminar a las organizaciones sindicales como primer obstáculo en su obscena ambición. Para ello cuenta con un amplio coro de voces de odio y muerte.
Ese coro de miserables lo conforman el sector financiero y empresarial, como amos de la organización, los grandes medios de comunicación, las altas autoridades de instituciones tomadas por ellos y los politiqueros colocados en el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial y municipal.
Ya han saqueado las arcas del Estado mediante privatizaciones y tercerizaciones, lo han saqueado mediante la creación de plataformas como la Ley General de Concesión de Obra Pública, la aberración más exitosa de una oligarquía que dejó de trabajar para convertirse en parásitos, y con ella destruyó gran parte de institucionalidad pública. Pero aún queda una importante y jugosa tajada.
El gran negocio está detrás de la salud pública, la electricidad, las telecomunicaciones y el agua; que aunque ya han sido afectados esos servicios públicos, no los han liquidado.
El negocio de la enfermedad es uno de los más lucrativos del mundo, miles de millones de seres humanos padeciendo enfermedades naturales genéticas o virales, son un negocio multimillonario. Un hilo de oro son los beneficios que conectan la privatización de la salud con los intereses del gran capital financiero.
Casos de corrupción como el de Caja Fischel, ICE-Alcatel, la Trocha Fronteriza, Cementazo, Yanber y muchos otros, en donde el sector empresarial soborna, chantajea, corrompe, no son casos aislados y no están desconectados del objetivo principal, la destrucción de la institucionalidad pública. Quedan en evidencia altos funcionarios públicos corruptos y se solapa al empresariado corrupto.
El aumento del desempleo es otro gran negocio del sector financiero y empresarial mundial y nacional, a mayor desempleo más mano de obra barata a la cual explotar. En Costa Rica llegamos al 14% y no es casualidad, en empleo informal llegó al 46,3%, la pobreza aumentó al 23% (área rural sobrepasa el 34% y área metropolitana el 18%), y la pobreza extrema 7%. Son datos crudos, fríos, pero hablamos de miles de familias costarricenses.
Y estos datos contrastan con el chantaje y la mentira de empresarios politiqueros como Oscar Arias Sánchez que prometió 500 mil empleos con el TLC, que prometió cambiar bicicletas por motos BMW y autos Hyundai por Mercedes Benz a los trabajadores a cambio del voto en el frauduréndum por el Tratado de Libre Comercio en 2006.
El pueblo debe entender que la retórica predominante, la politiquería de cambios abstractos ofrecido en las campañas electorales no son más que engaños para perpetuar una dictadura que se instauró en 1949, luego de la guerra civil, la dictadura de los tagarotes, los ricachones, los parásitos del gran sector financiero y empresarial que no solo destruyen y llevan a la miseria a los más pobres, sino también al sector de los micro, pequeños y medianos productores.
Pero sí existe una salida. El Partido Vanguardia Popular, PVP, ha venido impulsando una propuesta de amplia participación en la construcción de una Unidad Popular y antiimperialista por un modelo de desarrollo patriótico.
Esta propuesta está basada en una amplia participación y construcción de la Agenda Nacional.
“Para alcanzar la justicia que el pueblo demanda es imprescindible la unidad de todos los que sufren las nefastas consecuencias sociales del neoliberalismo.
La unidad popular no debe concebirse como una unidad burocrática o sectaria, más bien ha de ser activa y diversa para que pueda expresarse de muchas maneras, según corresponda a cada grupo social.
Lo decisivo es la organización popular: partidos, sindicatos, comunidades indígenas, minorías étnicas, organizaciones femeninas, juveniles, grupos comunales y expresiones artísticas y culturales.
Debe tenerse en cuenta los grandes movimientos de nuestra época, entre ellos de manera principal: la defensa del medio ambiente, la lucha de género por la igualdad, el reconocimiento de la diversidad sexual, la lucha contra el trabajo infantil, el respeto a las trabajadoras sexuales, etc.
La unidad popular no es un partido, es un propósito, es la voluntad de contribuir a una vida justa, normal y honesta para todo el pueblo costarricense.”
El PVP tiene sólidos principios de servicio a la clase obrera, a todos los trabajadores, a los campesinos pobres y a todas las víctimas del capitalismo.
Algunos de los ejes de lucha del PVP a lo largo de su historia y que son ratificados en este siglo son:
- Sistema electoral realmente democrático que garantice una auténtica participación del pueblo
- Derecho a la organización popular y a la protesta
- Derecho de huelga sin exclusiones, siendo un derecho universal y fundamental es parte esencial de los derechos de los trabajadores
- Los derechos de los pueblos ancestrales son responsabilidad de todos
- La igualdad de todos y combate contra cualquier discriminación
- Superar las consecuencias de la crisis de la economía campesina
- Tierras fértiles, aptas para los campesinos y desarrollo de la pesca artesanal
- Educación realmente gratuita y de calidad
- Protección especial para las empresas industriales o comerciales pequeñas y medias
- Defensa de los recursos naturales y el planeta
- Desarrollo físico mental de todos y defensa de la salud de los habitantes
- Protección a los niños, a los adolescentes, a los adultos mayores, a las personas con capacidades diferentes, a los migrantes
- Humanización del sistema penitenciario
Podríamos resumir todo esto en una sola palabra, Socialismo, construcción de una sociedad verdaderamente justa, libre y democrática.
¿Qué hacer y cómo hacerlo?, como comunista podría decir que volviendo al marxismo, conocer y divulgar el pensamiento y la acción como el horizonte de que la humanidad es un destino común, que contrario al capitalismo, que incluso cuando crece y obtiene grandes beneficios, no solo no es la solución porque aumenta las diferencias sociales, sino que las soluciones solo pueden venir de un desarrollo productivo global basado en una producción necesaria y controlada para el bienestar común, en beneficio de todos.
Y esto no es nuevo, se conoce y se ha defendido durante un largo período de lucha en defensa de los intereses obreros y populares por los comunistas, como contraposición a la práctica del pensamiento, lenguaje y el tipo de sociedad de los enemigos de la humanidad.
Pero bueno, esa una serie de puntos que podrían dar lugar a un programa de emergencia nacional, de cambios urgentes que nos permita construir ese camino al socialismo.
Y como dice la propuesta del PVP, “Esos cambios solo pueden ser obra de las organizaciones populares. Llegó la hora de que todo el pueblo unido luche para resolver los graves problemas que lo aquejan.”
Unámonos. Construyamos esa agenda nacional y unitaria.