Sobre el Proyecto 21.049
Por: Edgar Gutiérrez Cordero*
En la pasada campaña electoral fui invitado a una reunión, donde se hacía un balance de la conducta de los candidatos a la presidencia, el argumento que prevalecía en la mayoría de los dirigentes sindicales que se encontraban en este encuentro, era que había que votar por “el menos malo”.
Con la votación en primer debate del proyecto 21049 que cercena el derecho de huelga a los trabajadores costarricenses, nos debe quedar claro que en Costa Rica no hay presidentes malos ni buenos, lo cierto del caso es que cada cuatro años la burguesía de este país hace relevos en el Poder Ejecutivo, así como en el Legislativo.
Es un error creer que la representación de los ricos en Costa Rica es la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP); el verdadero representante de las grandes cámaras y del poder económico en este país es el Estado mismo, donde el presidente de turno es el empleado de mayor rango.
En nuestro país este grupo es muy reducido, posiblemente no llega ni al diez por ciento de la población, sin embargo son dueños de todos los medios de producción del país, lo que les permite apropiarse de la fuerza laboral de los trabajadores costarricenses.
¿Como es que este grupo de capitalistas, que no llega ni al diez por ciento de la población costarricense, empobrece al 90% de la ciudadanía costarricense? Su fortaleza está en su propia organización y en la desorganización de los sindicatos de la clase trabajadora de nuestro país.
Ante este panorama solo queda un camino, la unidad popular, y se debe dar sin ninguna clase de condiciones a excepción de una elemental y aceptable para todos los costarricenses, cual es que dicha unidad trabaje en función de acciones que vayan encaminas en contra de las políticas neoliberales de este grupo reducido de personas y a favor de las grandes mayorías.
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* Secretario General de la Unión de Trabajadores de Golfito, U.T.G
Paso Canoas, 08 setiembre 2019.