Toda lucha contra la injusticia, contra la explotación de los grandes millonarios es justa
Hipócritas los que teniendo todo critican a los que no tienen nada. Los enemigos de los sindicatos son enemigos de la democracia.»
Por: Humberto Vargas Carbonell
I
No faltan los que disfrazados de patriotas que, aunque son precisamente los traidores al interés nacional, no dudan en servir con una repugnante ceguera ética al más brutal enemigo de los pueblos, un tal Donald Trump.
Donald Trump ha sido entre iguales el peor en muchos años; el imperialismo ha sido siempre enemigo de la libertad y la autodeterminación de los pueblos. Ha sido una historia criminal, trágica para los pueblos y para los patriotas, especialmente para los que han logrado dirigir procesos revolucionarios exitosos.
Los fascistas temen a la justicia social tanto como se dice que las fieras le temen al fuego.
La diferencia es que las fieras huyen en cambio los imperialistas pretenden apagarlo con el uso de la violencia criminal.
Violencia criminal es el bloqueo a Cuba, brillante ejemplo de justicia social, de honestidad y de respeto a los derechos ciudadanos.
Violencia criminal es el intento de un bloqueo total contra Venezuela Bolivariana, tierra de un pueblo sencillo agigantado por su capacidad de resistencia patriótica.
A la Cuba le pueden causar dificultades y hasta graves sufrimientos, pero no dejará de ser una realidad inexpugnable. El Socialismo llegó en hombros de Fidel y de heroicos guerrilleros para quedarse y quedarse.
En Venezuela el ansia de independencia plena llegó con la espada de Bolívar y la solidez de la voluntad revolucionaria de Hugo Chávez. Se hace cada vez más ancho el camino que conduce al socialismo.
Los imperialistas con mentes organizadas según la lógica de la “bolsa de valores”, nunca lograrán entender el valor de un pueblo con los bolsillos vacíos pero con sus corazones cargados de esperanza y de buenos propósitos.
Es una singular manifestación de la lucha de clases: de una parte aquellos cuya maldad arranca en el egoísmo, en la sed de riquezas a cualquier precio y del otro, aquellos cuya generosidad nace en sus manos callosas que son el símbolo de la honestidad más pura y que derraman amor por sus iguales.
Es la lucha de los explotadores contra los explotados que traducido a términos internacionales es la lucha de los imperialistas contra los pueblos que quieren justicia y libertad.
En términos éticos es la lucha del odio extraño enfrentado al amor imprescindible.
Los oligarcas criollos no son ajenos a estas verdades tan evidentes.
Ya declararon que las organizaciones de trabajadores son sus enemigos jurados a los que hay que exterminar. Sus sirvientes principales, los diputados que buscan escaleras inmorales para subir en la consideración burguesa y en mundo de la corrupción.
Si prohíben, tal como se proponen, las organizaciones sindicales no lograrán sus propósitos. Más bien agudizarán las luchas de los trabajadores. La justicia no transita por los caminos que señalan los explotadores. Tienen sus propias vías. Están ante nuestros ojos. Ya lo verán.
II
El Presidente de la Cámara de Industrias pidió cárcel para los huelguistas. Su gran argumento es que un paciente murió porque no recibió la atención necesaria. Está demostrado que esto no es cierto, a pesar de los cual el dirigente empresarial ha derramado lágrimas de cocodrilo, vale decir lágrimas falsas. Falsas porque inmediatamente después, en la misma nota, pide a la Contraloría no aprobar el presupuesto de la Caja Costarricense del Seguro Social. ¿Habrá calculado este señor cuántos decesos produciría la clausura definitiva de la Caja? Por supuesto que no le importa, puesto que él debe ser un excelente cliente de alguna de las empresas que venden “medicina” privada.
La oligarquía tiene intereses bien definidos: a) el aumento de sus ganancias b) evitar las justas reclamaciones de los trabajadores, c) tener un Estado maltrecho que cargue al pueblo trabajador los gastos públicos y no le cobre a los ricos los impuestos que en justicia deben pagar d) que el Gobierno esté en condiciones de pagar su deuda, sobre todo la externa, para gozar de la amistad de los cobradores imperiales, el Banco Mundial, el FMI y algunos otros.
Los imperialistas y los ideólogos burgueses tienen su propia metrología para medir la situación económica. Ahí meten lo que les conviene y en base a sus conveniencias establecer que es lo que está bien y que es lo que está mal. Pero jamás se acuerdan de lo que en nuestra opinión debe ser lo principal: ¿Cómo viven los que trabajan, los verdaderos productores de la riqueza?
Su ley está claramente definida en una canción: “que los ricos coman pan y los pobres coman mierda”. Esta es la ley esencial del capitalismo, pero no obligatoria para los que sufren explotación. La ley esencial de los pobres, de los trabajadores todos, es sublevarse contra la injusticia social.
III
Un señor del imperio, conocido por sus crímenes, Elliot Abrams, rindió declaraciones ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Ahí habló claro, sin tapujos. Dio un retrato exacto de lo que es el capitalismo, del imperialismo y de sus peones oligárquicos.
Habla Abrams: “Imagínense por un momento, señores representantes, por un segundo que nosotros dejáramos gobernar a los chavistas sin ponerles trabas, sin hacerles la guerra, permitiéndoles hacer sus proyectos sociales sin tomar en cuenta nuestras empresas y socios siendo que los valores nuestros han sido los suyos por casi dos siglos?…
He aquí la razón la razón primordial por la cual ese tipo de régimen constituye una amenaza para la seguridad nacional de nuestro país, algo que ustedes deben saber muy bien…
En esencia de eso se trata la lucha que estamos librando contra ese tipo de regímenes que pondrían en peligro, nuestro destino y la paz mundial…
Agrega el alarmado Abrams: ¿Ustedes pueden imaginarse lo que representa construir tres millones de viviendas sin participación de la empresa privada? ¿Cuál sería el destino de nuestro modelo si no intervenimos allí en los proyectos de salud o educación, en la formación de sus militares y en adquisición de los elementos para su defensa? Y más adelante agregó: ¿Vamos entonces a permitir que en ese país triunfe el socialismo, un sistema al que le hemos venido declarando la guerra desde que nos constituimos en democracia líder del libre mercado? Y remató: “Por lo tanto, el que no esté con nosotros debe pasar por las más dolorosas privaciones, las más terribles inseguridades, las más penosas necesidades de todo aquello que durante tanto tiempo disfrutó y por sostén de sus costumbres, de sus hábitos y entretenimientos más preciados”.
Las palabras de Abrams son las palabras de Bolton y Trump.
He ahí la definición de la política brutal del imperialismo y de sus aliados, incluyendo al Gobierno de Carlos Alvarado.
Es la expresión de las alturas imperiales que comparten los gobiernos dominados. Es la esencia del capitalismo de nuestra época.
Hipócritas los que piden paz al pueblo mientras le dan opresión y pobreza.
Hablan de igualdad de derechos cuando se cierra una calle, pero no reclaman cuando unos lo tienen todo y otros no tienen nada, ni siquiera un techo ni una cama.