El Rey de las lapas continúa su vuelo por justicia y libertad

4 de julio: Día Nacional de Pabru Preberi, el Rey de las lapas»

Por: Martín Rodríguez Espinoza

Este 4 de julio de 2019, se cumplen 309 años del asesinato del Defensor de los pueblos indígenas de Costa Rica y 309 años de resistencia histórica por sus derechos en pleno Siglo XXI.

El ejemplo de dignidad y de lucha del Benemérito de la Patria, Pabru Presberi, se ve reflejado en cada uno de los pueblos que sobreviven al saqueo, la explotación, el genocidio y la marginación en Costa Rica y el resto de Nuestra América, con la extraordinaria excepción de Bolivia, pueblo que ha logrado liberarse y hoy el Presidente de la Nación es uno de ellos, un Aymara, Evo Morales, que ha logrado grandes avances para sus pueblos.

En Costa Rica no es así, la invisibilización, el asesinato y el robo de sus tierras es una lucha permanente de las comunidades originarias, que ven como los intereses por los recursos naturales es objeto de la ambición de terratenientes, grandes empresas transnacionales y usurpadores, a vista y paciencia de las autoridades policiales y del Estado que, en muchos casos, llegan a la complicidad.

Como punto de partida, para conocer el impacto de lo que denominaría como invasión y exterminio de pueblos enteros, en la Revista Rupturas de la UCR, la investigación de Juan Antonio Gutiérrez Slon y César Moya Aburto en su trabajo, “Pueblos indígenas y Estado costarricense: disputa de derechos y control territorial”, brindan una esclarecedora semblanza histórica, “Los pueblos indígenas han estado inmersos en una disputa por el territorio, por la defensa de los recursos que se encuentran en sus tierras y de sus particularidades culturales desde el momento mismo de la Conquista y Colonización. De esta manera, el desplazamiento forzado de sus tierras ha sido un proceso continuo desde el siglo XV y presente aún en el siglo XXI (Chacón yGuevara 1992). Desde la colonización europea en las tierras habitadas por los pueblos originarios en América, se ha ejercido una arrebatada constante de sus formas de vida, saqueos de riquezas e imposición de estructuras de explotación indígena; obligándoles a realizar trabajos forzados y ser repartidos mediante sistemas como la encomienda, reducción, mita, esclavitud y desplazamientos forzados para hacer posesión de las tierras que residían (Chacón y Guevara, 1992). En el caso de los pueblos indígenas que han habitado el territorio que hoy se designa como Costa Rica, estas acciones de sometimiento y desplazamiento también se replicaron durante los siglos XVI, XVII y XVIII de Colonización, se replicaron acciones de dominio y explotación, con gran cantidad de indígenas desplazados, muertos o aculturalizados, deviniendo a menos en sus formas de vida y pervivencia como pueblos, como en el caso de los indígenas huetar, originalmente ubicados en la región central del país, y en la zona de Guanacaste donde habita el pueblo Chorotega, se dieron desplazamientos y muerte física y cultural; hasta el punto de que en algunos casos se llegó hasta el exterminio, tal cual sucedió con los pueblos cotos y quepos, que habitaron la zona sur del país (Chacón y Guevara 1992, 17). En el caso del pueblo brunka  también de la Zona Sur del país – que perviveen la actualidad, sus tierras fueron punto de interés de la Colonia debido a que esta región ofrecía una zona de menor dificultad de acceso y con mejores condiciones climáticas, por lo que sirvió de punto estratégico para los Colonizadores y la Corona Española para la movilización e intercambio comercial (Chacón y Guevara 1992, 33)”

En América, los pueblos indígenas luchan por mantener una existencia digna en medio de numerosas formas de injusticia sistémica, con la complicidad de los Gobiernos y quienes defienden sus derechos son víctimas de ataques violentos e intimidación. Las noticias en Costa Rica, sobre estas agresiones han llegado al punto máximo de los últimos años, con el asesinato del dirigente indígena Sergio Rojas Ortiz, y que no es otra cosa que la continuación viva de Kamakiri, Cocori, Coyoche, Aquitava, Chumazara, Turichiqui, Corroque y Antonio Saldaña, solo para recordar algunos de los defensores directos de estas tierras.

El Partido de los comunistas costarricenses, Vanguardia Popular, desde su nacimiento el 16 de junio de 1931, ha mantenido y mantendrá siempre un gran respeto, admiración y solidaridad con las comunidades indígenas costarricenses, con los pueblos originarios de esta tierra, con todos ellos, los Cabécar, Bribri, Ngöbe, Buglé, Chorotega, Huetar, Térraba o Teribe, Guatuso, Ngäbe y Maleku.

Su lucha por el respeto a su derecho a la vida, a la tierra, a la salud, a la educación, a la defensa de la naturaleza, a sus tradiciones y cultura, es también bandera de lucha del Partido Comunista de Costa Rica, Vanguardia Popular, desde su fundación y lo seguirá siendo siempre. Fue un honor haber sido invitados a conmemorar el 88 Aniversario de fundación del Partido Comunista en su tierra, a su lado el pasado 16 de junio, junto a un dirigente histórico, Cristino Lázaro, quien fue regidor municipal por nuestro partido en el Cantón de Buenos Aires en los años 70´s,  toda su vida un luchador valiente y abnegado en defensa de los pueblos originarios.

El compañero Cristino, como todo su pueblo, nunca fueron vencidos y siguen su lucha por el derecho a la tierra, contra la discriminación, el derecho al estudio, a la conservación de su cultura ancestral y de su idioma.

Los pueblos originarios, los primeros pobladores de estas tierras, y Cristino Lázaro Rojas como parte de ellos, siguen el camino del luchador por la libertad, son hermanos entrañables del dirigente Pabru Presberi, asesinado por los colonialistas españoles en 1710.

El compromiso de Vanguardia Popular de ayer, hoy y de siempre, es continuar la solidaridad y la lucha junto a los pueblos originarios de nuestra tierra y el mundo entero, con la lucha de nuestros hermanos y hermanas de estas comunidades el vuelo del Rey de las lapas continuará.

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