Sala IV: «Un legislador espurio»
Por: Humberto Vargas Carbonell
La Sala Constitucional se ha convertido en un legislador espurio para eliminar los derechos constitucionales de los trabajadores. Se han inventado una fórmula mágica para eliminar las conquistas alcanzadas por las convenciones colectivas; pisotearon sus propias facultades – que no son omnímodas – cuando debieron pronunciarse sobre la ley llamada de “fortalecimiento de las finanzas públicas”. Todos los derechos de los trabajadores, según su entender, están en el límite del abuso y la canonjía. Pero los patronos pueden abusar y explotar sin límites; la protección de las ganancias, cualquiera sea su origen, es la columna central del llamado “derecho de la Constitución”. Esa es la esencia del quehacer de la Sala Constitucional. Unas palabras para preguntarle a esos magistrados: ¿Qué piensan sobre los abusos de la empresa ALDESA? Decenas de comunidades sociales han sido estafadas, y vulnerados, obviamente, los derechos de cientos de trabajadores que colocaron sus ahorros en más de 50 “Asociaciones Solidaristas”. Muchas otras personas fueron en engañadas por una propaganda evidentemente falsa.
¿No es acaso “irrazonable y desproporcionado” que una empresa (sus dueños, obviamente sus dueños y también usufructuarios) hayan gozado de dinero ajenos para fijarse altos salarios y todos los privilegios posibles y luego se limiten con decir que los negocios no marcharon? Todos los privilegios sustantivos y procesales que se establecen para estos “empresarios” deben ser declarados contrarios al derecho de la Constitución y tomar las medidas consecuentes. Es nuestro parecer.
La Sala IV cambia las decisiones contractuales, con rango de ley, cuando favorecen a los trabajadores, que son derechos legítimos por la normativa vigente y por principios morales, al tiempo que garantizan los falsos derechos de empresarios ineptos e irresponsables, cuando no sinvergüenzas.
Sería bueno que alguna víctima de las malas artes de la sinvergüencería financiera solicitara ante la Sala IV que se declare inconstitucional “por irrazonables y desproporcionadas” las normas que protegen a los señores que utilizan el quehacer financiero para apoderarse de bienes ajenos.
La sentencia podría ser una buena lección de sociología y filosofía del derecho.
Y seguramente podríamos entender, con mejores argumentos, cuál es la esencia de la sociedad capitalista.