Capas negras contra la dictadura
Coimbra es la ciudad universitaria por excelencia de Portugal, entre los muros de sus aulas nació la Associação Académica de Coimbra allá por 1887, siendo el club más antiguo de la Península Ibérica. Tardó varios años en formarse el equipo y sería en 1912 cuando disputarían su primer partido.
Como símbolo principal del equipo que hoy campea todavía en las camisetas de los jugadores de “A Briossa” utilizaron el famoso reloj de la Universidad de Coimbra. La primera torre del reloj se remonta a los tiempos de João III, rey de Portugal que en 1537 devolvió la Universidad a Coimbra ya que había sido trasladada a la capital, Lisboa.
La importancia del reloj en una ciudad como Coimbra era fundamental, regía la vida universitaria y se decía en la época que “no podía existir un orden adecuado sin reloj”. La torre actual es del siglo XVIII. La tradición manda que tras el tañido de la campana ningún alumno de primer curso puede pasear por las calles de Coimbra, pues debe estar estudiando. El reloj de la torre marca el horario de estudio para los discentes de la Universidad de Coimbra.
Una de las historias más románticas en los más de cien años de la Académica sucedió en 1969. La ciudad de Coimbra fue testigo privilegiado de cómo sus estudiantes se echaban a las calles para exigir al gobierno del dictador Marcelo Caetano, sucesor de Salazar, que no interviniera en la Universidad y su normativa.
Los estudiantes pedían diálogo con la Universidad y la democratización las instituciones. Tras la llamada Asamblea Magna del 22 de abril de 1969 se vieron reforzados en sus protestas y encontraron el apoyo de casi todo un país.
Los estudiantes decretaron el ‘Luto Académico’ por lo que iniciaron una serie de movilizaciones, se convirtió en una reivindicación política de democracia. Las consecuencias no se hicieron esperar, la universidad quedó clausurada y la ciudad fue controlada por el ejército y la policía.
En ese contexto de represión la afición de ‘A Briossa’ encontró en el fútbol una vía de escape y lugar de protesta. Por su parte, el equipo respondía cambiando siempre que podía su uniforme negro (como las capas universitarias) por el blanco para poder llevar un brazalete negro en señal de apoyo a sus compañeros.
En esa edición de Taça de Portugal 68-69 la Académica con el apoyo incondicional de la ciudad y de todos los estudiantes pasando todas las eliminatorias. Dejó en el camino a Farense (2-0), Leões Santarém (1-6), Ferroviário Lourenço Marqués (4-1 y 1-0), Vitória de Guimarães (2-1 y 0-5) y en las semifinales consiguió eliminar a los lisboetas del Sporting por 1-2 y 0-1.
La final de la Taça fue de nuevo contra el Benfica, considerado en esos momentos equipo del régimen. El llamado ‘Estado Novo’, régimen dictatorial que gobernó en Portugal desde 1933 hasta 1974 con la Revolución de los claveles, prohibió a la Académica saltar al campo del Estadio Nacional de blanco. De esta manera evitaban que los jugadores lucieran los brazaletes negros y protestaran delante del presidente Marcello Caetano.
Todo Portugal estaba del lado de la Académica y los estudiantes no defraudaron. Encontraron una forma de protesta y de homenaje a su Universidad: saltar al campo con las capas negras de los universitarios. Una imagen icónica que quedará para la historia: los jugadores de la Académica luciendo las capas negras en el centro del Estadio Nacional delante de Caetano.
El partido comenzó bien para los estudiantes, António marcaba el 1-0 en el primer minuto de juego, más tarde llegarían los goles del Benfica, primero Simões a cinco minutos del final y en la prórroga el gran Eusebio marcaría el definitivo 1-2 que dio el título al Benfica.
Una derrota que supuso la pérdida de un título, pero ganaron la admiración de todo un país.
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Fuente: Wanderers futbol