Península de Osa: “Aquí no se acabó la Tormenta, esto va para muchos meses más”
Por: Martín Rodríguez E.
Esa es tan sólo una de las tantas frases que se escuchan en Palmar Sur, Parrita, Quepos y muchos otros pueblos de la Zona Sur de nuestro país, seriamente afectados por la Tormenta Nate.
En medio del agua y el barro hasta las rodillas, las humildes familias de campesinos y campesinas tratan de reiniciar sus vidas con la ayuda que llega, que no es suficiente hoy y que se dejará de recibir en los próximos días.
Refrigeradores, televisores, cocinas, muebles, cunas y camas destrozados por la fuerza con que el agua corrió, arrastrándolos y llevándolos hacia afuera de los humildes ranchos y casas viejas de madera de la época de las plantaciones bananeras de los años 30`s.
Pese a esas condiciones, de abandono total por parte de un Estado y sus gobiernos de turno por más de 60 años, los niños y las niñas no dejan de sonreír y jugar en medio de las necesidades. Los “viejos”, los campesinos y campesinas que luchan día a día por un pedazo de tierra para trabajar y vivir con dignidad, no dejan de ser amables, bondadosos y no dejan de sonreír y compartir lo poco que tienen con los demás, no dejan de ayudar a quienes no pueden sacar el barro de sus casas solos.
Templados por el esfuerzo, el trabajo bajo el sol y la lluvia; bajo las tormentas y las sequías, las persecuciones de terratenientes, narcotraficantes y policías corruptos que acuerpan a quienes con poder económico intentan adueñarse de sus tierras por la fuerza, a garrote limpio y bala, persecución y cárcel.
No es sólo la Tormenta Nate la que llena de miseria estas tierras, como lo hace en el atlántico, en el pacífico y en Guanacaste, pero también en el área Metropolitana, en todos aquellos pueblos con ranchos de latas y calles de barro. Es el abandono que sufren por parte de Gobiernos que les engaña y les persigue. Partidos políticos llegan al gobierno solamente para aplicar un modelo neoliberal, capitalista, que siembra de pobreza el país mientras llena los bolsillos de unas pocas familias.
La Zona Sur tiene ese contraste, la fuerza y valentía de miles de familias que se sobreponen a las tragedias, el crecimiento de plantaciones de palma de empresas transnacionales que paga salarios miserables por trabajar diez o doce horas y el abandono de gobiernos a los que no les importa las condiciones en que viven miles de familias.
En medio de esta tragedia, los comités locales de emergencias, a los cuales les han capacitado y asesorado por muchos años, les pasan por encima los intereses politiqueros que a dedo dirigen las ayudas que desde la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) se envían a la zona. Los Comités Locales ven como pasan los camiones de ayuda a otras zonas y a las suyas no llegan.
Aun así el trabajo no cesa, limpiar casas, recuperar algunos muebles y lavar toda la ropa (al menos la que no se llevó el agua), hacer hornos con latas y dar de comer a los niños, y esperar, al menos esperar que el tiempo les permita reparar sus casas y volver a empezar.
¿Trabajo?, no lo saben, las cosechas fueron arrasadas por el agua, pero no recibirán la ayuda para recuperarlas, al menos ellos no. Los que sí recibirán millonarias indemnizaciones serán los grandes terratenientes y las empresas transnacionales. Mientras tanto sobrevivir, al menos sobrevivir.
Como muchas otras organizaciones sociales, el Partido Vanguardia Popular ayudó, en la medida de sus posibilidades, con la colecta de víveres precisamente para esas zonas a las cuales no les llega suficiente.
Agradecemos la colaboración de organizaciones sociales y sindicales amigas que también colaboraron, a personas, militantes y muchos camaradas que atendieron nuestro llamado a la solidaridad con nuestros hermanos de la Península de Osa.
Sabemos que no es suficiente, nunca lo será habiendo tanta necesidad, pero de nuestra parte siempre habrá una mano solidaria.
El Partido Vanguardia Popular, el Partido Comunista de Costa Rica, siempre ha sido, es y será el partido de los humildes, de la clase trabajadora, de los niños y niñas, de los ancianos, de los migrantes que vienen en busca de una oportunidad para vivir dignamente, el partido de nuestro pueblo. En todos los rincones de nuestra Patria encontraremos comunistas dispuestos a ayudar a los demás, a organizarse y luchar por sus derechos, a entender que las injusticias no son casualidad ni un castigo divino, sino responsabilidad de una oligarquía a la que no le importa más que tener grandes cuentas bancarias, a costa del hambre y la miseria de millones de seres humanos.
El PVP y su organización juvenil, la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC), siempre estarán del lado de ese pueblo que lucha por un mejor futuro para sus hijos e hijas y un mejor y digno presente.