Tormenta Nate: Gobierno desinforma, ¿Por qué?

Eso de que Nate es el peor desastre natural que ha golpeado en décadas a Costa Rica, es falso.

El gobierno está desinformando para hacer creer que enfrenta el más grande desastre natural de la historia del país.

Esto no es nuevo.
El problema es que no planificamos bien para la prevención de estos desastres.

Nate ha sido un desastre grave, pero no el peor de todos.

Veamos tres casos de un pasado no muy lejano:

18 de Octubre de 1988:
Efectos del Huracán Juana en CR:
30.000 en albergues.
150.000 damnificados.
75 poblaciones afectadas.
28 muertos.
2354 casas dañadas 600 destruidas.

En julio de 1996 fué César:
126 comunidades aisladas.
572.000 personas afectadas.
4600 personas
en albergues.
39 personas fallecidas.
83 puentes destruidos.
29 acueductos
dañados.
5 hospitales afectados.
101 centros educativos afectados.

El más reciente fué Tomas a finales de octubre y principios de noviembre del 2010:
28 personas fallecidas y una persona
desaparecida.
Deslizamiento en Cerro Pico Blanco en Calle Lajas, Escazú.
4.005 personas albergadas.
Pérdidas en cerca de 13.961 hectáreas de cultivos.
528 tramos de carretera dañados y 116 puentes destruidos.

Las cifras son del libro Histórico de desastres 1723 – 2012 de la CNE-CR, pero no están completas, porque no usan los mismos parámetros para registrar la tragedia. Ni en eso son buenos: no saben guardar la información. Ahora hablan de 499 tramos de carretera interrumpidos y 42 puentes destruídos. Pues bien César destruyó el doble de puentes, pero no hay registro sobre las carreteras, las cuales también fueron arrasadas esa vez. Y Tomas destruyó casi el triple de puentes y dañó más tramos de carretera que ahora. Esta vez hubo 11 muertos (tal vez suba a 13 con los 2 desaparecidos); pero Juana dejó 28 muertos, César 39 y Tomas 29. Y si tomamos en cuenta que ahora hay más población y más infraestructura que en esos años, Juana, César y Tomas causaron mucha más destrucción entonces, que Nate ahora, en proporción. Y eso no ocurrió muchas «DÉCADAS» atrás. Tomas apenas hace 7 años, César hace 21 años y Juana hace 29).

¿Cuándo vamos a aprender?

Nunca, mientras sigamos pensando y cacareando que ésto no había pasado antes. Cuando en realidad se repite cada 7 a 12 años.

Ni este gobierno ni los anteriores han tenido una preocupación real para planificar adecuadamente el desarrollo urbano y rural. La ley establece que no se puede construir nada a menos de 15 a 50 metros de un río. Pero los gobiernos no hacen que esa normativa se cumpla. Algunas de esas casas que hoy se llevaron los ríos, se hicieron con permisos de construcción y estaban en la puriTICA orilla. ¿Cómo fueron aprobados los permisos en contra de la ley? Adivinemos… alguna idea: corrupción. Ese es el mal que nos carcome y del cual este gobierno tampocó salió bien librado (que lo diga el cementazo).

Pero que esto no es tan nuevo. Cuando iba al colegio en 1969 hubo algo parecido a principios de octubre. Entonces nadie hablaba de los huracanes, ni de la depresión o la tormenta tropical; simplemente se decía que había un «temporal». Resultado: inundaciones en Quepos, Parrita, Palmar Sur, Puerto Cortés, Bijagual y la Península de Nicoya (les suena parecido a lo de ahora). En ese entonces en el área metropolitana íbamos a clases normalmente, brincando por los charcos, y se trabajaba sin esperar asueto. Se sabía desde esas épocas que en la zona central, salvo algunas regiones de Cartago, la afectación es mínima. Pero ahora el populismo paraliza el país entero por dos días. Y disfrutamos de un viernes de sol radiante en vacaciones forzadas. Súmenle más pérdidas a la economía nacional por esas medidas absurdas que no contribuyen en nada al desarrollo del país. En las zonas de real emergencia está de sobra justificado. En el resto del país es pura charlatanería de este presidente, por el cual voté creyendo en que «con Costa Rica no se juega», pero que sí vino a jugar, a disfrazarse y a bailar cada vez que puede.

Un verdadero «showman» populista que ahora quiere interpretar el papel del pobrecito que le tocó enfrentar la versión tica del diluvio universal. No, don Noé comediante, a estas aguas no va a venir ahora a sacarle provecho cuando su barca (que no llega a arca) no ha tenido un rumbo bien definido.

Don Luis Guillermo, como historiador, debería estar mejor informado que estos fenómenos no son nuevos para nuestro país. Los registros indican que en octubre de 1891 ocurrió un «temporal» que duró 6 días de lluvia continua (Nate fueron sólo dos días). Hubo 5 fallecidos, que proporcionalmente a la población actual significarían más de 100 de ahora. Se imaginan cómo debe haber sido ese fenómeno.
Esto no es nuevo ni único. El problema es que no aprendemos y no planificamos. Dentro de uno a tres años vendrá una sequía que afectará fuertemente a Guanacaste. No soy brujo ni adivino, forma parte de esos ciclos que aún no se logran predecir con exactitud, pero que ocurrirán. Que no venga el próximo presidente a decir, como ya lo dijo el actual al principio de su administración, que tenemos un «problema de agua». No. Lo que tenemos es un problema de aprovechamiento de nuestro recurso hídrico. Problemas con el agua puede haber en Israel, Jordania o Somalia. Costa Rica es el segundo o tercer país con más lluvia anual por metro cuadrado como media sobre todo su territorio. El primero es Colombia y el segundo lugar lo disputamos con Panamá. Tenemos que planificar bien para que cuando lleguen las épocas de sequía no nos afecten y para cuando nos vuelva un «temporalazo» como éste, podamos salir bien librados. Al mal tiempo buena cara.

 

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Éste es un comentario de Leonardo Marranghello, matemático, profesor en la UCR, para que tod@s mis amig@s y tod@s l@s compatriotas puedan estar correctamente informad@s. San José, 9 de octubre de 2017.

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