La ley estira o encoge según a quien se le aplica, esto pasa en todas partes, pero más en Costa Rica

NO-A-LA-MINERIA«LA LEY DEL EMBUDO» (una conchería de nuestro poeta insigne, Aquileo J. Echeverría)

Más allá de las razones judiciales, bien hilvanadas y mejor sustentadas, está el fenómeno histórico y ético: Oscar Arias Sánchez tendrá que comparecer ante un juez y defenderse con razones legales, haciendo frente a los hechos y no con el poder del dinero y de las influencias.

Debe hacer frente a una causa por un evidente prevaricato, puesto que en violación de la ley vigente dictó un decreto para favorecer a la empresa minera que pretendía apoderarse del oro de Las Crucitas. La ley vigente y violada es el Código de Minería y el delito haber declarado de interés público la actividad que ese cuerpo legal prohíbe de manera clara y expresa. En este país es prohibida la minería a cielo abierto.

Las responsabilidades se cargaron al subalterno, el ministro, que firmó el decreto y se exoneró de responsabilidad civil y penal al jefe, el Presidente de la República.

En aquel momento escribimos en una pequeña nota como esta que lo actuado hasta ese momento por los encargados del perseguir el delito no tenía razón ni lógica. La razón fundamental de lo que entonces afirmamos y ahora repetimos, es que ese documento sin la firma del Presidente carecía de valor, que para ser parte del derecho vigente tenía que tener la firma del Presidente y ser publicado en la Gaceta Oficial.

Pues el Presidente estampó su firma y lo hizo publicar. Mientras no se cumplieran esos requisitos el tal “decreto” tenía el valor de un papel de deshecho, destinado al basurero. Los requisitos dichos se cumplieron y viene la pregunta: ¿Quién es el responsable, quién prevaricó? Pues es muy claro, el que cumplió los requisitos imprescindibles para que el documento adquiriera valor legal y cumpliera sus efectos.

Los efectos fueron muy graves, según se informó, puesto que sirvió para que los empresarios mineros talaran ilegalmente muchos árboles de almendro amarillo, siendo ésta una especie protegida.

Estos asuntos serán vistos por los jueces.

El proceso penal costarricense es tan lento que apenas tengo la esperanza de que puedan ser vistos y estudiados por algunos de mis bisnietos.

Es trascendental que se rompiera el blindaje que ha protegido a Oscar Arias contra la legalidad, en todos los campos del derecho.

La violenta reacción del Director del Ministerio Público, puede ser interpretada como una confesión y esa confesión resulta gravísima. La esencia de la confesión es que la ley no se aplica a todos por igual y este hecho es gravísimo. Esto ha ocurrido siempre, pero en este caso con inaudito descaro.

Hacen bien los diputados que le piden la renuncia al Director del Ministerio Público, pero sería mejor que exigieran, por razones y con razones morales, la destitución inmediata de ese funcionario a la Corte Suprema de Justicia.

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