Unos apuntes sobre la crisis presupuestaria y la deuda pública

719
Pobreza obliga a miles de españoles a hacer largas colas para comer
Por: Humberto Vargas Carbonell

Los problemas fiscales y monetarios se han manejado, casi siempre, sin la condición indispensable en un estadista o en cualquier ciudadano que tenga especial interés en la vida económica, política o cultural del país.

Esa miopía histórica está determinada por factores sociales, condicionada por la condición de clase de los sectores hegemónicos ya que esa posición les permite volcar los problemas económicos sobre los hombros de los obreros y de otros sectores explotados, los campesinos, los pequeños comerciantes y sobre la masa de trabajadores del sector informal.

En estas crisis, como dice el pueblo, los platos rotos los pagan los pobres, aunque la quebrazón la hayan producido los explotadores.

Algunas personas, sin ser especialistas en la materia, veíamos venir una situación que se podría convertir en una catástrofe, que parece que es lo que va ocurrir pronto. El Gobierno y la Asamblea Legislativa pueden manejar los tiempos pero no el desenlace.

En la superficie el problema consiste en que el Gobierno no tiene los recursos necesarios para pagar los tantos obligatorios en este momento, pero tampoco los tendrá en el futuro inmediato.

Los diputados se niegan a aprobar nuevos impuestos, entre otras razones, porque ya se encendieron los fuegos electorales. La otra razón es que la burguesía y las empresas extranjeras rechazan cualquier aumento de las obligaciones tributarias.

Los diputados neoliberales hace ya bastante tiempo le han declarado la guerra a los trabajadores y han le han dado prioridad al abaratamiento del trabajo de los funcionarios y a la denegación de derechos adquiridos. A los trabajadores del sector privado de la economía se dan aumentos irrisorios y se les niega, en términos absolutos, el ejercicio de derechos establecidos en la Constitución y en las leyes.

La ofensiva contra los derechos y el bienestar trabajadores es parte del programa del Fondo Monetario Internacional, para quien la obligación prioritaria de los Estados es el pago a los acreedores, especialmente a los grandes bancos.

Por eso la amenaza principal es que apliquen a este gobierno el programa del Fondo Monetario y del Banco Mundial. Este programa se aplica al Gobierno pero lo sufre el pueblo.

El caso de Puerto Rico es aleccionador. Ahí parece confiaron en su condición de colonia de Estados Unidos, pero no encontraron la colaboración que esperaban. Cerraron escuelas y muchos otros servicios. El problema está en marcha, dejando una estela de dolor y pobreza.

En España la situación de crisis no se logrado superar. El Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, establecieron un programa que produjo descensos en la “sanidad”, aumento de la desocupación y cientos o miles de desahucios. Resultó terrible que las familias, sobre los ancianos, se suicidaban cuando la policía los desalojaba.

En Grecia la situación es gravísima, desocupación y pérdida de valiosísimos bienes estatales, incluyendo islas del Mar Egeo.
Esta es la situación que produce la cesación de pagos (default) de la deuda pública.

Alguna vez dije que los problemas presupuestarios se trataban con una falta de rigor absoluta, como si se tratara de la contabilidad de una pequeña pulpería.
Con el pretexto de que no se tomaban medidas para “contener el gasto” no se profundizó en el estudio de la situación fiscal.

Los diputados saben bien que contener el gasto no es suficiente en presencia de un problema tan grave como es el déficit presupuestario y las dimensiones de la deuda pública. Si el problema previsible se desata ahora o en el siguiente periodo de Gobierno, las consecuencias para los trabajadores y para los sectores medios serán catastróficas.

Acabar con los gastos inútiles, que son muchos podría significar muy poco para las dimensiones del problema.

El pueblo no será oído porque los negocios de la cúpula oligárquica se engrosarán, al lado de las quiebras de los pequeños empresario. Harán lo necesario para abaratar la mano de obra, por establecer nuevos modelos de contratos de trabajo que garanticen la sobreexplotación.

Es como si una montaña de basura cayera sobre el destino de la clase trabajadora.
Los trabajadores deben organizarse para luchar. No hacerlo es un suicidio.

Facebook Comments