Instantes y recuerdos
Por: Humberto Vargas Carbonell
I
Al fin, después de una larga espera
Llegué a los 84
Tengo esposa, hijos, nietos y bisnietos,
Hombres y mujeres
Para cada uno una parcela en mi
Corazón, todas iguales
II
Tengo amigos entrañables
De los que nunca disparan por la espalda
III
Conocí a un hombre maravilloso
José Solís Vega
Lo admiré y quise por su extraordinaria
Cultura
Nunca aprendió a leer y menos a escribir
Sabía más que los demás
Amaba los libros
Con la fuerza de un torbellino de
Amor instintivo
IV
Solisón fue amigo de Calufa
Y también amigo mío
V
Nací en este país
Y amo a esta tierra
Amo su suelo
Pero sobre todo su historia
VI
En la Zona Sur aprendí
Lo que no puede enseñar
La universidad
VII
Claribel fue siempre
Mi hermana
Nadie con tanta abnegación
Se entregó a la lucha
Detenerla era imposible
Mantuvo hasta su último aliento
La obsesión del deber cumplido
VIII
En el Sur aprendí
Entre bananales y suampos
La grandeza de los humildes
Y la inteligencia de la generosidad
IX
En el Limón estigmatizado
Víctima del poder extraño y brutal
Del oro ajeno
Conocí a Freddy, peón y diputado
Vertical y puro como un aguacero
X
Los mártires del Codo del Diablo
Me enseñaron que la resistencia
Es la esencia más pura del ser humano
Murieron sin pedir clemencia
Mandando a la mierda a los
Asesinos
XI
Ante ellos,
Ante el Nica García
Ante Antonio Mendoza
Ante Marchenita
Vuelco los ojos a la tierra
Y clavo las rodillas en esta tierra
Maravillosa que es su última morada
XII
Las nuevas generaciones
Los resucitarán y
Los honrarán luchando
XIII
En los caminos polvorientos o cenagosos
En los ranchos de piso de tierra
Brillantes gracias al sudor femenino
Construí grandes monumentos que se harán
De piedra y mármol con argamasa de
Justicia y libertad
XIV
Un joven obrero desocupado
Y una joven que apenas atravesaba
Los límites de la adolescencia
Fueron mis padres
Como todos los demás
Pienso que los míos fueron los mejores
No sé si será verdad
Pero estoy seguro de que fueron los míos
Para siempre
Y eso me basta
XV
No sé
Y no quiero averiguarlo
Un día llegaron a esta tierra
Una morena barranquillera
Y un joven catalán
Y una hermosa chiquilla que
Fue mi mamá
El catalán se murió
la morena se hizo obrera
Los hijos penaron
Pero el empeño triunfó
XVI
Como el agua en una inundación
Hasta los rincones se llenaron
De un afecto purísimo cargado
De rigor.
XVII
La tía Ángela
Me enseñó un amor
La pasión de amor por los libros
Como recién nacidos antes de leerlos,
Y con fuete después.
XVIII
En penurias y escaseces
Las montañas del Valle Central
Me devolvían la esperanza
Plaza Víquez mi mirador
El verde azulado en mis ojos, me gritaba
Marchar y marchar es nuestro destino
Cuando anduve en otras tierras
Sin el consuelo de las montañas
Sin su verde azulado me sentía
En desamparo y debo decirlo
Triste y acongojado
XIX
Buscar pirita de hierro
No recuerdo con qué fin
Daba sentido a la aventura
Por los caminos de Alajuelita
Escazú y Aserrí
Caminar por los montes
Con el tenaz acompañamiento
De pajarillos y mariposas
Hasta la piedra de Aserrí
Acariciándola con amor
La dureza natural
Se hacía suave como el pecho de mujer
XX
El abuelo Elías,
Bigotón poderoso y blanco como la nieve
Peón de cafetal
Diestro como pocos
Podando café alimentó
A su enorme prole.
XXI
Papá nació en Chiz
Pueblo en vías de extinción
Ahí dejó el ombligo
Mas a nosotros nos entregó el corazón
XXII
Mamá vino de
Colombia tan pequeña que
La vida la hizo una tica más
Menos el gusto por la aguadulce
Todo lo demás lo aprendió.
XXIII
Cuando me acuerdo de la familia
A la tía Amelia no la puedo olvidar
Cristiana campesina
Nunca se cansó de rezar
Antes de aprender a leer
El catecismo de memoria
Me enseñó
Nunca se enteró de que
El discípulo siendo ateo terminó
XXIV
Sesenta años de matrimonio
Con la bella Pilar
Cuatro hijos y una hija
Un marido ausente
Sin descanso trabajar
Los varones son buenos
No se puede negar
Pero la hija es un ángel terrenal
Y me dio una nieta
Mis ojos y mi ilusión
XXV
Soy comunista porque
Prefiero contracorriente nadar
No dejarme llevar por los vientos del
Momento
Ser ala de pájaro ajeno
Puede ser negocio
Pero inmoral
XXVI
Apenas brotaban los primeros
Pelos de mi bigote
Decidí estar del lado de los
Que sufren, de los que apenas comen
Y nunca gozan
Leí mucho y pregunté más
A Don Joaquín García lo asediaba
Con mis preguntas
Ni la abuela ni papá se me escapaban
Leí el Manifiesto Comunista
Y cerré sus páginas con una gruesa lágrima
Con la alegría del minero
Encontré el alimento que podía
Saciar mis anhelos y esperanzas
Ser comunista desde ayer
Hasta el último aliento
XXVIII
Vivo las horas postreras
Nada me entristece
Quiero como Fray Luis
Ni envidiado ni envidioso
Cumplir mi juramento
No me acongojan graves arrepentimientos
Nunca hice daño a quien debía servir
Combatí a muchos a quienes debía combatir
Cometí errores
Nunca abandoné la barca
Traicionar a los marineros jamás
XXX
A los que me quieren de verdad
Les pido un favor muy especial
Despídanme con una bandera roja,
Con la tea de los héroes de 1856
Y fuertemente abrazados
La hoz con el martillo
Símbolo maravilloso del llamado
Inmortal
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNÍOS!