Pesca artesanal, pobreza y Covid-19 en Puntarenas

Por: Edgar Gutiérrez Cordero

En 1984, cuando la Compañía Bananera se marcha de la Zona Sur de Costa Rica, la región queda sumida en la pobreza extrema. Sin embargo, dos actividades económicas sacarán a flote la economía regional, la producción de granos básicos ejercida por los campesinos que tenían sus parcelas en la periferia de los terrenos que explotaba la United Fruit Company (la Frutera, el Pulpo o la Yunai) y la pesca artesanal en Puerto Golfito y Puerto Cortés.

Traigo este hecho a colación por ser la Provincia de Puntarenas una región privilegiada en tener excelentes tierras productivas. Con una extensión territorial   de 11.265 Km2, con un mar patrimonial de 500Km2 y una población aproximada de 370,000 habitantes, sin embargo, la cifra de desempleo alcanza un 50% más que el promedio nacional y la pobreza ronda el 30%, casi el doble del centro del país.

La pesca artesanal es una actividad de fuerte tradición en Puntarenas, se podría decir que es parte de su cultura. Para muchos habitantes es la actividad que han realizado toda su vida y lo único que saben hacer.

Es importante mencionar que, aunque la pesca artesanal tradicionalmente ha sido una actividad realizada por hombres, casi nunca se menciona ni se valora la participación de las mujeres y de otros integrantes de la familia. Lo mismo sucede con los niños, que, desde temprana edad, acompañan a sus padres y otros pescadores en estas tareas y así se van iniciando en el oficio.

El Golfo de Nicoya tiene una extensión 1.340 Km2, con una gran riqueza biológica donde desovan especies marinas de un gran valor comercial como la corvina, pargos, camarones y muchas más que son de buen comercio tanto nacional como internacionalmente. En los alrededores del Golfo, están ubicadas comunidades que durante   años han hecho de la pesca artesanal su principal medio de sostenimiento económico. Algunas valoraciones dicen que el Golfo de Nicoya aporta entre un 50% y 70% de los recursos marinos que se consume en el país.

En los próximos días los puntarenenses estaremos entrando en una en una situación de escases de alimentos para la población de proporciones incalculables.

Si en condiciones actuales los que habitamos en esta región no contamos con un empleo digno que nos permita alimentar nuestras familias, ahora súmele la pandemia que está viviendo Costa Rica y el mundo, sin exagerar me atrevo vaticinar que nuestra provincia está a las puertas de una hambruna si el gobierno no adopta políticas destinadas a desarrollar la actividad de la pesca artesanal como una alternativa de desarrollo, como lo fue en el pasado.

Pero hablamos de políticas realistas y acciones reales, no por las falsas promesas que los gobiernos neoliberales de los últimos cuarenta años han hecho de la “Perla del Pacifico” la provincia más pobre de Costa Rica.

Es urgente que el Gobierno de la República establezca un bono de desempleo aparejado a un plan de reactivación de la pesca y la producción de granos básicos.

Hago un llamado a los trabajadores del campo, los que traban en sector de servicios, pesca, a los trabajadores y trabajadoras en general   a conformar un gran frente de lucha en defensa del pan de nuestros hijos.

Paso Canoas, 22 de marzo 2020

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