El 15 de setiembre es una fecha gloriosa, no marcó el final del camino, la lucha por la independencia plena y por la justicia social continúa

Es necesario renovar nuestro compromiso de lucha por la verdadera independencia.» Partido Vanguardia Popular

Desde la formación de los Estados nacionales, cuyo origen histórico es muy diverso, surgió la lucha por la independencia, es decir, el respeto a la soberanía como derecho a la autodeterminación.

Este anhelo convertido en necesidad histórica se plasmó jurídicamente con el reconocimiento formal de la igualdad de los Estados.

En el inciso primero del artículo 2 de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se dice literalmente los siguiente: “Para la realización de los propósitos consignados en el artículo 1, la Organización y sus miembros procederán de acuerdo con los siguientes principios: 1.- LA ORGANIZACIÓN ESTÁ BASADA EN EL PRINCIPIO DE LA IGUALDAD SOBERANA DE TODOS SUS MIEMBROS.

Este el principio básico de todo el sistema de relaciones entre los Estados.

Se suponía que la lucha contra el colonialismo que pondría fin a todos los complejos sistemas de dominación. Grandes naciones, aún después de la independencia de los Estados Unidos y de los países dominados por el colonialismo español, se asentó el poder colonial en África, en las regiones del Pacífico Oriental y en el Caribe.

Los Estados Unidos ampliaron su territorio con el robo violento de territorios ajenos y otros los hizo comprados.

Después de la Segunda Guerra Mundial se dio una lucha heroica, casi siempre con la solidaridad de la Unión Soviética, de descolonización.

Aún quedan manchas coloniales en diversas regiones del mundo, en nuestra región caribeña se mantiene un régimen opresor y dominante que avasalla a nuestros hermanos puertorriqueños.

Estamos convencidos que la mejor manera de celebrar con sinceridad nuestra independencia es siendo solidarios con los pueblos que aún sufren el yugo colonial o cualquier otra forma de dominación y de menoscabo a su derecho a la igualdad y a la autodeterminación.

Nos parece entonces que es justo celebrar—y nosotros celebramos—el aniversario de la independencia de Centro América. Se rompieron las cadenas que nos mantenían subyugados al dominio colonial español. Ese momento, el 15 de setiembre de 1821, un día glorioso, pero también, apenas el primer momento de una lucha que aún no termina.
Algunos, especialmente los oligarcas, piensan que ahí terminó la lucha por la independencia.

Otros, el pueblo y nosotros los vanguardistas, consideramos que más bien es el inició un camino largo y difícil, que es alcanzar el ejercicio pleno de soberanía que deberá ser acompañada de justicia para todos los habitantes.

Apenas nuestros pueblos habían sobrepasado poco más de tres décadas de vida independiente, cuando se nos impuso una guerra para detener los intentos anexionistas del tempranero imperialismo yanqui. Fue una lucha de todos los centroamericanos. Nosotros, los costarricenses, nos sentimos profundamente orgullosos de la acción heroica y decisiva del Presidente Juan Rafael Mora, del General Cañas, de José Joaquín Mora Porras y a todos los combatientes en esa extraordinaria gesta.

Esto no ha permitido a los costarricenses declarar al Presidente Juan Rafael Mora Porras, nuestro LIBERTADOR.

William Walker, el jefe de fracasada intentona colonialista, cuando ordenó la destrucción de la hermosa ciudad nicaragüense de Granada, anunció que lo que no habían logrado con las armas lo lograrían con los dólares. Todavía están tratando de lograr ese propósito. Los imperialistas yanquis, que no el pueblo norteamericano, son nuestros enemigos más crueles y peligrosos.

Son además enemigos de toda la humanidad. Sus propósitos políticos están teñidos con la sangre de cientos de miles y hasta millones de inocentes.

El poder imperial pisotea todos los días los altos propósitos que hicieron posible la creación de la Organización de las Naciones Unidas.

Cuentan con la complicidad de los Gobiernos de los gobiernos sometidos al monroísmo.

En nuestra América no estará segura la independencia de ningún país en tanto los gobiernos sometidos continúen sirviendo a los intereses del enemigo imperialista.

No podemos aceptar que en este continente, donde hace ya más doscientos años que rompió la dependencia colonial, el imperialismo norteamericano haya establecido una norma brutal y estúpida: el que no obedece es mi enemigo.

Y los que obedecen al imperio son enemigos de la libertad, de la igualdad y por esa misma razón traidores a los intereses de sus propios pueblos.

Resulta difícil explicarse cómo es posible que un latinoamericano que celebra la independencia en relación con el colonialismo español sea capaz de ser indiferente ante los crímenes de los plutócratas del norte.

El irrespeto a la independencia no es solamente formal, es material y criminal.

El bloqueo a Cuba es una ofensa a los latinoamericanos y una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas. El repudio al bloqueo es unánime en la Asamblea General de la ONU pero los imperialistas se sienten capaces de retar a la voluntad de los pueblos, ante las propias narices de los Estados Miembros. El pueblo revolucionario de Cuba y su dirección política han demostrado que es posible luchar y defenderse contra el poderoso enemigo. La llamada ley Helms Burton es la refinación de la maldad, pero tampoco alcanzará minar el temple heroico de los cubanos.

Los ataques contra el Pueblo Venezolano se han constituido en un auténtico genocidio; impedir el ingreso de medicamentos y alimentos, privar a todo un pueblo de los servicios de electricidad y de agua potable, imponer a un presidente fantoche, invocar el TIAR como amenaza a una intervención militar, es una agresión sin precedentes. La guerra la están ganando lo venezolanos revolucionarios, es el heroísmo infinito de los humildes organizados. Bolton el titiritero y su fantoche están caídos. No lograron su infamia. Venezuela y su pueblo siguen luchando.

La agresión imperialista contra el pueblo democrático de Nicaragua, ha puesto a su servicio a mercenarios violentos y asesinos.

Hemos visto imágenes de hechos gravísimos, actos de extrema violencia, torturas, asesinatos, incendios de universidades, de escuelas, de radioemisoras, y resulta inimaginable que representantes de organismos internacionales se finjan ceguera ante este horror.

Nos negamos a acostumbrarnos a considerar normales los golpes de Estado que se inspiran, se fraguan y se financian desde Washington.
Amenazar con intervenciones financieras y militares es romper en mil pedazos la Carta de la ONU. Una gavilla de facinerosos pretende, con el apoyo del imperialismo, derrocar gobiernos que fueron elegidos por el pueblo.

Otro tanto ocurre con los hermanos bolivianos.

Estados Unidos ha plagado a nuestra región de crímenes gravísimos, en los que sobresalen los golpes de Estado. Estos atentados contra la democracia han manchado con sangre las manos de los gobiernos de los Estados Unidos.

Los cómplices con Estados Unidos serán falsos concurrentes a los actos de celebración del 15 de setiembre. No tienen derecho a recordar la lucha por la independencia los amigos de los enemigos de la plena independencia.

El Partido Vanguardia Popular celebra con entusiasmo cualquier paso histórico en el camino de la libertad de los pueblos, por eso celebraremos con respeto y entusiasmo este 15 de setiembre.

Y por eso luchamos contra el imperialismo opresor.

PARTIDO VANGUARDIA POPULAR

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