Sí, lo sé, ya lo han dicho, ¡Marx tenía razón!

Por: Martín Rodríguez Espinoza

Mucho se ha mencionado sobre el cierre de empresas, sobre todo micro, pequeñas y medianas en Costa Rica.

Las empresas no están haciendo nada y las fanfarronas «maniobras» de Carlos Alvarado, paseando por EE.UU. y Europa para «gestionar» inversión no están sirviendo para nada. Y todo esto no hace sino poner más nerviosas a las empresas que ya están establecidas en el país.

Hay un sector empresarial que creen que tiene su lado bueno esperar y «ver» que pasa con el paquetazo fiscal y sus efectos prometidos. Dicen que están haciendo recortes porque hay exceso de capacidad y que no contratan a trabajadores porque no hay suficiente demanda final, pero vean que paradoja. Si no estás contratando trabajadores, no habrá suficientes ingresos salariales, suficiente confianza en los consumidores, suficiente consumo, no habrá suficiente demanda final.

Si congelan y recortan salarios al sector que mejor gana porque en el sector privado los salarios son de hambre, y si eliminan complementos salariales el resultado solo puede ser uno, el cierre de micro, pequeñas y medianas empresas por falta de consumo.

En las últimas décadas hemos experimentado un genuino empeoramiento porque han aplicado una radical redistribución del ingreso desde el trabajo hacia el capital, desde los salarios hacia los beneficios, la desigualdad de ingresos ha crecido y el gasto de un hogar es menor por alto costo de vida y menor ingreso salarial. De modo que la redistribución del ingreso y de la riqueza empeora el problema de la inadecuada demanda agregada. Los pocos ricos, muy ricos, se enriquecen con sus privilegios y un aparato estatal a su servicio; mientras la mayoría, los pobres se empobrecen más.

Y Carlos Marx tenía la razón. «Llegado a cierto punto, el capitalismo puede destruirse a sí mismo.» No puedes perseverar en el desplazamiento de ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada.

Eso es lo que ha venido ocurriendo. Pensában que los mercados funcionaban solitos, que la riqueza sería tanta que se debordaría y llegaría a todos los que se encuentran debajo de las oligarquías empresariales. Pues nunca funcionó así, no está funcionando y nunca funcionará.

Las empresas, para sobrevivir y salir adelante, puede abaratar más y más los costes del trabajo, pero los costes del trabajo son los ingresos y el consumo de algún otro, sin dinero no hay consumo, no hay venta, cierran los negocios. Por eso es un proceso autodestructivo.

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