El poder lo tiene el pueblo, este debe asumirlo
Queda en evidencia, una vez más, que efectivamente hay una incestuosa y nada democrática alianza entre los Poderes del Estado, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esta «alianza» es tan antidemocrática que ejecutan las órdenes que se les exige, en perjuicio explícito contra el pueblo costarricense.»
Por: Martín Rodríguez Espinoza
Periódico Libertad
La decisión de implementar, en forma tiránica, los proyectos de ley neoliberales, a sabiendas de que provocarán mas desempleo, pobreza y miseria en Costa Rica, es no solo un acto de sumisión vergonzosa a los designios del FMI, el BM, la OCDE, y la embajada de los EE.UU., sino un acto de traición a la Patria de un grupúsculo que violenta la Constitución Política y su responsabilidad ante esta de velar por el bienestar y desarrollo de este país.
Cree, este grupúsculo desvergonzado, que el ser electos a un cargo público los convierte en tiranos que pueden hacer lo que les venga en gana. Fueron electos para cumplir con lo que la Constitución Política exige, pero legislan a favor de unas pocas familias que ostentan el poder detrás de bambalinas, enriqueciéndose a manos llenas a costa de la pobreza y miseria del pueblo.
Pero también olvida este pueblo lo que la misma Constitución Política dicta en su Artículo 9 y que le reconoce como actor que puede ejercer el Gobierno. El pueblo tiene el poder de hacer variar el rumbo al abismo al que nos llevan.
«ARTÍCULO 9.- El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres Poderes distintos e independientes entre sí: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.»
Por otra parte, el Artículo 149, Capítulo V, de la Constitución Política también hace referencia a las responsabilidades de quienes ejercen esos cargos y que seguramente coincidimos ellos violentan.
«ARTÍCULO 149.- El Presidente de la República, y el Ministro de Gobierno que hubieran participado en los actos que en seguida se indican, serán también conjuntamente responsables:
1) Cuando comprometan en cualquier forma la libertad, la independencia política o la integridad territorial de la República;
2) Cuando impidan o estorben directamente o indirectamente las elecciones populares, o atenten contra los principios de alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia o de la libre sucesión presidencial, o contra la libertad, orden o pureza del sufragio;
3) Cuando impidan o estorben las funciones propias de la Asamblea Legislativa, o coarten su libertad e independencia;
4) Cuando se nieguen a publicar o ejecutar las leyes y demás actos legislativos;
5) Cuando impidan o estorben las funciones propias del Poder Judicial, o coarten a los Tribunales la libertad con que deben juzgar las causas sometidas a su decisión, o cuando obstaculicen en alguna forma las funciones que corresponden a los organismos electorales o a las Municipalidades;
6) En todos los demás casos en que por acción u omisión viole el Poder Ejecutivo alguna ley expresa.»
Es evidente, desde hace décadas, que no hay dignidad, responsabilidad, ni independencia de los tres poderes de la República, al unísono cantan la misma canción, sí o sí. Ya no hay tres poderes, juntos conforman uno solo.
Queda poco, pero muy importante, de la institucionalidad que conforma la columna vertebral del desarrollo de Costa Rica, ganado a la fuerza por el pueblo. Muchas instituciones han sido privatizadas y convertidas en el negocio de unos pocos, aún queda un golpeado ICE, una afectada CCSS y el AyA, junto a la deteriorada educación pública, como baluartes institucionales.
Otras como el MOPT, el Ministerio de Salud, la Fábrica Nacional de Cementos, Fertica, los muelles, el INVU, CNP, MAG, entre muchas otras, han sido saqueadas y privatizadas o convertidas en cascarones mal llamados «rectores», provocando la grave situación que viven, por ejemplo, los campesinos y productores nacionales, los que son llevados a la ruina y la pérdida de soberanía alimentaria.
Este país lo perdemos totalmente, o lo recuperamos como pueblo costarricense, la decisión está en el pueblo mismo, en sus manos, en tomar la responsabilidad de asumir el poder que la Constitución Política nos da y lograr el cambio. Luego es tarde, ya que es tal la prepotencia del régimen que vivimos, que ya las voces del fascismo se atreven, envalentonados, a asumir sin máscara feo rostro.