Revolución Bolivariana: «Todo lo que es bueno y justo está impreso en la vida y lucha de los venezolanos más sencillos»

El grupo de Lima no es la América de Bolívar ni de Juan Rafael Mora, son embajadores de Monroe y de Trump.

 

Por: Humberto Vargas Carbonell

Recuerdo haber leído que el imperialismo norteamericano no puede hacer una política internacional positiva, demanda, como una necesidad vital e ineludible, basar sus relaciones internacionales en la presencia de un enemigo “muy peligroso” y convencer a sus aliados a que hagan suya la misma conducta y a la misma contraparte.

El antisovietismo fue la conducta principal de los Estados Unidos desde 1917 hasta el desgraciado momento de la desaparición de la Unión Soviética.

Ahora son Rusia y China los enemigos principales. Con una nueva retórica la esencia es la misma. Un régimen que pretende dominar y explotar al mundo entero está incapacitado para practicar el respeto a la independencia y dignidad de otros Estados.

Ahora el ataque principal va dirigido contra el pueblo venezolano, quien decidió de ser realmente independiente y ejercer su derecho a la autodeterminación.

Se inventaron hace ya muchos años una idea estúpida y criminal: “América para los Americanos”. Esta concepción nunca murió, pero ahora está en el centro de la estupidez y la criminalidad del imperialismo yanqui.

La frase tonta se atribuye a un presidente de apellido Monroe y a las nefastas consecuencias las llaman “monroísmo”.

Monroísmo es el irrespeto a la independencia de los pueblos latinoamericanos y la injerencia brutal en asuntos propios de cada nación y de cada Estado. Es la barbarie aplicada a las relaciones internacionales, en esencia, el desconocimiento de la civilización humana que tiende a una vida en paz y en absoluta fraternidad.

El imperialismo es enemigo de la humanidad, es el promotor de todo lo sucio y nefasto que mancha la convivencia de los pueblos.

En nuestra región el principal aliado de esta barbarie es un conjunto de gobiernos que se autobautizaron “grupo de lima”. Desvergonzados políticos que no son otra cosa que simples altoparlantes del imperio que nos ha sojuzgado y robado durante toda la historia trágica de Nuestra América.

Los gobiernos subalternos y cómplices no quieren que haya la posibilidad de una organización realmente humana, es decir justa y pacífica. Por eso odian a Cuba, a Venezuela, a Bolivia y a Nicaragua. Por esa misma razón el compañero Lula está preso, a Dilma se limitó el derecho ganado en las urnas electorales, por esa misma razón un corrupto y traidorzuelo, de apellido Moreno, mantiene perseguido al Presidente Rafael Correa. Estos son apenas ejemplos de la falta de ética de las burguesías subalternas.

Un ejemplo para marcar la catadura inmoral del “grupo de lima”. En su declaración del 25 de febrero dijeron: “Reiteran su convicción de que la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza”.

Ahora, después del fracaso de Guaidó y de su pequeño grupo de seguidores, cuando desaparece la posibilidad de un golpe Estado y mientras Trump, Pompeo, Bolton y Abrams (todos criminales) insisten en la posibilidad de intervenir militarmente en Venezuela, al “grupo de lima” se le, olvidó su posición contraria al “uso de la fuerza”.

No tienen palabra ni tienen dignidad. Son siervos a título gratuito de los enemigos de la humanidad.

Pareciera que en relación con Venezuela las Naciones Unidas están marchando en el mismo rumbo.

 

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