La Revolución cubana y su impacto en el Continente Nuestramericano

Por: José Carlos Bonino Jasaui

 

El golpe de Estado de Fulgencio Batista siete años antes del triunfo revolucionario del Movimiento 26 de Julio, representa uno de los motivos que generaron las condiciones históricas para las sucesivas batallas y la victoria de la Revolución Cubana.

El dictador Fulgencio Batista, ya desde finales de los años treinta dominaba los equilibrios de la política de la isla caribeña. Al no resultar electo en las elecciones del 1952, a través de las influencias que conservaba en las filas del ejército, dio un golpe de estado que acentuó el entreguismo a los capitales norteamericanos. Este, tuvo su continuidad en una fase de represión hacia toda forma de disenso a su régimen y así cerró toda opción política a los movimientos sociales y revolucionarios, que entonces reivindicaban un futuro diverso para el pueblo cubano, dejando solo la opción armada para cambiar los destinos del pueblo cubano.

El hito histórico que precede la revolución Cubana es sin duda, la respuesta a ese golpe. El Asalto al Cuartel Moncada un año después, el 26 de julio de 1953, dirigido por el Comandante Fidel Castro, acompañado por un grupo de jóvenes revolucionarios de los cuales más de media centena fueron asesinados, un reducido grupo logró marchar hasta la Sierra Maestra y el resto capturados, entre ellos el Comandante Fidel y su hermano Raúl Castro. Quince años de prisión fue la sentencia para el Comandante; es en ese juicio donde realiza su autodefensa conocida como “La Historia me absolverá” y es ahí donde se consagra como líder indiscutible de la que sería la más importante Revolución latinoamericana del siglo veinte.

En el resto del continente surgían en esta misma década, previa al triunfo de la revolución Cubana, las dictaduras de Marco Pérez Jiménez en Venezuela, Alfredo Stroessner en Paraguay, Manuel Odria en Perú y Paul Magloire en Haití (Sergio Guerra Bilaboy), fortaleciéndose las ya existentes de Trujillo en Republica Dominicana y la de Somoza aquí en Nicaragua. En todos los casos el rasgo político que los caracterizó, fue la sumisión absoluta a los intereses de los Estados Unidos.

Este es el contexto en el cual se da en 1956 el desembarco del Granma procedente de México; luego de una serie de reveses, una reducida tropa logra alcanzar la Sierra Maestra, con al mando Fidel Castro.

El año siguiente, 1957, el primer triunfo del combate del Uvero. Luego se dio el surgimiento la Radio Venceremos, una sucesiva etapa de descentralización de las fuerzas guerrilleras del Ejército Rebelde en los frentes comandados por Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, que tuvo su continuidad en la decisiva toma y liberación de Santa Clara, en el centro de la Isla y luego una gran huelga general nacional convocada por Fidel Castro y el triunfo definitivo de la Revolución Cubana.

Esta victoria en el continente inauguró una década inédita, que inspiró el surgimiento de nuevos combates revolucionarios antiimperialistas, avivando las luchas obreras y dando nueva linfa a los movimientos estudiantiles y marcando el despertar de los movimientos campesinos a lo largo y ancho y en todos los rincones del continente.

La Revolución Cubana fue así, un inmenso terremoto, que alcanzó desde la iglesia misma, dándole fuerza al movimiento interno de la Teología de la Liberación, pasando por el surgimiento de nuevas teorías en el campo de las Ciencias Sociales, como fue la Teoría de la dependencia del brasileño Teutonio Do Santos, aún vigente, hasta el arte, con un empuje al Realismo Mágico en literatura y la nueva canción latinoamericana y en especial La Nueva Trova Cubana.

Más de medio siglo después, la revolución Cubana está en un proceso de introspección a partir de la democracia directa, en la construcción de una Constitución renovada y como hace sesenta años sigue inspirando a los luchadores sociales y movimientos revolucionarios del continente y del mundo.

 

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Fuente:
Diario Barricada

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