Lenin frente a la crisis actual, ¿hay salida por la vía reformista?
Como se ha demostrado, no estamos hoy ante una crisis cíclica más, solamente, ni frente a otra recaída más o menos aguda de enfermedad crónica del capitalismo, sino en el momento en que sus males genéticos han agotado sus posibilidades de recuperación por medio de reformas o ajustes. Los rasgos fundamentales del sistema capitalista contemporáneo en crisis, al confrontarlos uno a uno con las capacidades del reformismo dejan a la vista que éste está derrotado, que nada tiene que hacer que pueda salvar al decrépito régimen de la propiedad privada de los medios de producción y cambio. «
Por: Martín Rodríguez Espinoza
La «caída en desgracia» del bipartidismo entre el Partido Liberación Nacional, PLN, y el Partido Unidad Socialcristiana, PUSC, que se lo repartieron todo, literalmente, que se apropiaron de las instituciones estatales para convertirlas en jugosos negocios familiares, significó una creciente conciencia social de que es necesario un cambio, y la oligarquía criolla, corrupta y parasitaria como es, lo entendió.
La respuesta entregada al pueblo fue la creación de una «alternativa diferente», y fabrican el Partido Acción Ciudadana, PAC, siendo los «constructores, la «mano de obra política» los peones salidos de Liberación Nacional. Hoy, con la introducción de «las fichas» de la Unidad Socialcristiana, agregan a los sectores llamados «cristianos» y el equipo está completo.
Pero falta algo más. Necesitan «enemigos», aquellos a los cuales «enfrentarse», pero que no sean suficientemente peligrosos como para que sean oposición en la Asamblea Legislativa, si llegaran a elegir, que sean lo suficientemente dóciles para «rodarlos» y hacer co-gobierno. Un «enemigo» al que puedas llamar «comunista», pero que no lo sea. Lo que se necesita es circo.
En medio de todo esto empiezan a surgir voces, unas bien intencionadas y otras estratégicamente bien posicionadas para crear «alternativas» que no se den color, que no sean «rojos», si no más bien rosaditos. «Nuevas opciones» sin ideología, sin proyecto de cambio radical, sino apenas para «reformar» el sistema actual, «hacerlo más democrático», transformarlo, «a la tica».
El país no necesita más de eso, la situación imperante requiere un cambio real del sistema capitalista por el socialista. Sí, ya sé. Saldrán los trasnochados que digan que la lucha de clases se terminó con la caída del muro de Berlin, del socialismo «real», y demás frases anticomunistas.
Nunca los comunistas en Costa Rica, hemos estado con el viento a favor, la oligarquía corrupta y parasitaria con sus medios de comunicación nunca han dejado, un solo día, sin atacar, mentir, engañar e inventar sistemáticamente patrañas anticomunistas. Pero es lógico que lo hagan, la mafia corrupta en el poder no quiere que las cosas cambien, que el pueblo despierte y descubra que puede asumir el poder, el gobierno, el Estado e imponer sus condiciones, las condiciones de todo un pueblo y no las de unos pocos. Por eso las infamias anticomunistas.
Para eso tiene a su servicio a sus lacayos, los que se dicen de izquierda (pero obviamente no lo son y nunca lo han sido) y los de derecha. Ellos hacen el trabajo de hacer parecer que la situación no se puede cambiar, que es mejor hacer reformas, ir poco a poco, garantizar cositas, hacer cambios cosméticos y no profundos, enfrentarse a los enemigos del pueblo pero sin enfrentarlo realmente.
Estos reformistas, los que se inventan sueños utópicos de «mejorar» la podredumbre, son nocivos para el pueblo, para la clase trabajadora, porque los engatusa, los distrae, los engaña con falsos sueños. Lenin lo decía muy claro, «los marxistas combaten con la mayor energía a los reformistas, los cuales circunscriben directa o indirectamente los anhelos y la actividad de la clase obrera a las reformas. El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital. Cuando la burguesía liberal concede reformas con una mano, siempre las retira con la otra, las reduce a la nada o las utiliza para subyugar a los obreros, para dividirlos en grupos, para eternizar la esclavitud asalariada de los trabajadores. Por eso el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se transforma de hecho en un instrumento de la burguesía para corromper a los obreros y reducirlos a la impotencia. La experiencia de todos los países muestra que los obreros han salido burlados siempre que se han confiado a los reformistas.»*
Vendrán voces de «nuevas alternativas», de «nuevas opciones», de «izquierda» y de derecha, con buenas o malvadas intenciones, pero son falsos cantos de sirena que pretenden engañar.
El Partido Vanguardia Popular, PVP, que pese al deseo de algunos, sigue existiendo, resistiendo y trabajando, no pretende ser «la» alternativa, sí trabajamos para inscribir el Partido y participar de las elecciones como una herramienta para llevar a personas honestas a las municipalidades y la Asamblea Legislativa, pero no es «el» objetivo, no somos partido electorero.
Queremos y buscamos construir, como uno más, ese gran Frente Patriótico, que aglutine a todos los sectores sociales que busquen cambiar el estado de cosas en Costa Rica, que busquen acabar con esa mafia corrupta que ostenta el poder desde hace tantas décadas y que viene profundizando medidas neo-liberales para llevar a la miseria a nuestro pueblo y seguir enriqueciendo a unos pocos.
¡Sí hay alternativa!, una real, y podemos construirla entre todos esos hombres y mujeres honestas que luchando han podido identificar realmente dónde y quiénes son los enemigos del pueblo. Esas que han comprendido que es inevitable la esclavitud asalariada mientras subsista el dominio del capital, y que no se dejarán engañar por ninguna reforma burguesa, o «nueva alternativa». Esas personas que han comprendido que, al mantenerse el capitalismo, las reformas no pueden ser ni sólidas ni importantes, que la clase trabajadora, los campesinos, los pequeños y medianos productores, las mujeres, los pueblos originarios, los ciudadanos de la meseta central y de las costas, de las fronteras, pugnan por un cambio real por una sociedad más justa para todos y todas y acabar con la esclavitud asalariada.
Habrán algunos, los reformistas, que pretenderán dividir y engañar con algunas dádivas a los trabajadores, pretenderán apartarlos de su lucha de clase. Pero debemos entender que la falsedad del reformismo es utilizar las reformas para desarrollar y ampliar el poder de la clase dominante, esa oligarquía corrupta que se enriquece a manos llenas con las «crisis» que se fabrica.
Tenemos una gran oportunidad hoy, en este tiempo, en esta hora. Vanguardia Popular trabaja incansablemente por la unidad de esos sectores sociales conscientes dela necesidad un cambio real, tenemos las puertas abiertas, construyamos juntos ese cambio.
Ante la miseria del presente, es hora de traer el futuro de vuelta.
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* V. I. Lenin, Marxismo y Reformismo, 12 de septiembre de 1913 en el núm. 2 de Pravda Trudá