Gobierno suspende reunión de diálogo… ¿por que estaban incómodos?
Por: Humberto Vargas Carbonell
Eso de que los señores del Gobierno pidieron suspender “la reunión preliminar” porque se sentían incomodos en el Palacio Arzobispal, nadie se lo cree.
Nos parece que no les faltaban comodidades, lo que pasó es que les escasearon las razones. También puede ser que las hubiera en exceso y por exceso se les hizo imposible coincidir.
En todo caso lo cierto es que estamos en presencia de un desbarajuste oficial.
El Gobierno de “unidad nacional” no tiene orden ni concierto. No hay coherencia interna, que parece ser una condición indispensable para gobernar, incluso para hacerlo mal.
Hasta ahora el Presidente ha exhibido un extraordinario manejo en el arte de hablar mucho y decir poco.
Piza prestó un programa para la campaña electoral, y ahora ha inventado una nueva fórmula de poder político: el “presidencialismo dúplex”.
Al final de cuentas el gobierno debe definirse como neoliberal, no obstante el desbarajuste. En fin es del desbarajuste neoliberal.
Cuando hay que decidir sobre asuntos económicos y sociales le enderezan la brújula para que marque el norte de los grandes ricos y de los monopolios. Ahí llegan hasta con los ojos vendados. Esto ocurre porque la brújula no la gobiernan los elegidos, sino los poderes que se eligen a sí mismo por la fuerza de los hechos, los llaman poderes fácticos donde no valen las razones ni la ética. Solo pesan las cuentas bancarias y los chanchullos.
Así que la lucha de los huelguistas y de los que apoyan al movimiento patriótico, al final de cuentas, dan un combate por la democracia y contra la corrupción.
¿Cuál es la necesidad más urgente para el pueblo?: luchar por una verdadera democracia y quebrarle la columna vertebral a la corrupción. Según mi opinión ese es el sentido profundo de la huelga. El punto de salida de esta lucha es precisamente el combate contra el proyecto 20.580