El nuevo invento del capitalismo: “pienso para pobres”
Por: M García, militante del PCOE
Todos los seres vivos necesitamos alimentos nutritivos, saludables en cantidad y en composición adecuados. La salud está vinculada a factores como el medio en el que vivimos, las relaciones laborales, la extracción socioeconómica para el pueblo y no para una oligarquía poderosa y minoritaria que cada vez aumenta más sus réditos a costa de la muerte de millones de personas y de que los trabajadores sufran cada vez más carencias en nuestras sociedades.
En los numerosos foros mundiales que se celebran año tras año queda constatado que el causante de todo esto no es otro que el modelo capitalista, y que los efectos de estas políticas económicas no sólo no mejoran las condiciones alimentarias de las personas si no que se ven incrementadas las desigualdades y las muertes.
Las consecuencias de esta inseguridad alimentaria se ven reflejada a su vez en el aumento de la deuda externa de los países, de la pobreza, miseria y exclusión social de todos los sectores populares, ya no sólo en países llamados tercermundistas.
El alcalde millonario Joao Doria de Sao Paulo ha ideado la manera de acabar con el hambre en barrios humildes, se trata de facilitarles “La farinata”, un preparado a partir de alimentos a punto de caducar. Para ello pagará a una empresa llamada Plataforma Sinergia. Esta ONG católica será la encargada de procesar el producto. El alcalde de centro derecha que tiene como modelo ejemplar a Mauricio Macri, ha catalogado el producto como fruto de años de investigación en materia de nutrición y el futuro de la alimentación, a esto ha respondido el Consejo Regional de Nutricionistas en un comunicado que se muestran contrarios a esta propuesta ya que atenta a la dignidad de la persona y a la seguridad alimentaria.
Hoy por hoy el alimento se maneja en base a las ganancias y no a la salud, parece claro que esta propuesta además de ser una humillación más hacia los más vulnerables, es un negocio para determinadas empresas que se verán beneficiadas con este producto. Reclamar la soberanía alimentaria es una cuestión de todos los trabajadores, pero esta soberanía no será posible si no reclamamos antes la socialización de los medios de producción y promover las relaciones entre todos de forma igualitaria, digna y segura para nuestra salud.
El modelo capitalista está demostrando su incapacidad para resolver los problemas de las personas, favoreciendo el enriquecimiento cada vez mayor de una minoría que sostiene y aumenta sus privilegios a base de una democracia para la burguesía, la cual se sustenta de partidos políticos que lo único que demuestran es su capacidad para mantener los privilegios a medida que el pueblo sufre cada vez más penalidades e injusticias. No podemos dejar que una burguesía nos maneje a su antojo, por eso debemos tomar el control de los medios de producción de una manera colectiva, solidaria para ser dueños de nuestras vidas y a la vez enorgullecernos del género humano.