Juan Rafael Mora, Simón Bolívar, José Martí, maestros revolucionarios nos enseñan a luchar contra el imperialismo

Por: Humberto Vargas Carbonell

El día para la recordación del LIBERTADOR Juan Rafael Mora Porras y de todos los combatientes contra los filibusteros yanquis, tienen que ser todos los días. Las oligarquías dominantes, en diversas etapas, han falsificado los momentos cumbres de nuestra historia, se la han robado al pueblo. José Martí enseñó que la historia es el caudal de los pueblos y esta es una enseñanza primordial para la formación patriótica fundada en el amor a lo nuestro, que significa enfrentar con valor y convicción a los enemigos de lo que nos pertenece por herencia histórica.

Un pueblo sin ese caudal es un pueblo empobrecido, la pobreza histórica es miseria ética y desconcierto político.

La relación dialéctica del curso del tiempo histórico ha sido expuesto en una pregunta planteada por Lenin: ¿Quién ignora que al examinar un fenómeno social en el proceso de su desarrollo, siempre se hallarán en él vestigios del pasado, bases del presente y gérmenes del futuro?

No es difícil entender que sin conocimiento de las luchas pasadas, no se encontrarán las bases para los combates del presente y, menos aún, será posible señalar las vías revolucionarias del futuro.

En medio de la intensa lucha ideológica en que estamos envueltos, para avanzar hace falta una comprensión profunda de las luchas de nuestros antecesores. Para luchar hoy es imprescindible no solo entender la situación real y diseñar un plan revolucionario para el futuro, sino también fortalecer nuestra decisión militante para hacer honor a los que construyeron este país, en especial, a los que derrotaron a los filibusteros yanquis.

Hace algunos años, conversando con un grupo de estudiantes en la UCR, hice mención de la Batalla de Santa Rosa, de la victoria de nuestras fuerzas y del posterior fusilamiento de los invasores. Un estudiante se conmovió cuando hablé del fusilamiento, me dio la impresión de que me reclamaba no porque hubiera mentido, sino porque había quebrantado, lo que a su juicio, es la “tradición pacifista costarricense”.

Nunca más lo ví, pero si llegara a leer esta nota, le pediría que aprendiera a discernir la diferencia entre el amor a la paz y la cobardía.

La paz se alcanza luchando por todos los medios al alcance del pueblo; al contrario la cobardía del pueblo es el arma principal del dominio imperialista y de la explotación de los pueblos. La paz es inseparable de la justicia, la cobardía impone la explotación y la miseria.

Para terminar esta nota copio del libro “PALABRA VIVA EL LIBERTADOR” de Raúl Aguilar Piedra y Armando Vargas, lo que sigue:

“Pena de muerte a los filibusteros”. Comunicación difundida en alemán, español, francés e inglés…
“Juan Rafael Mora
Presidente de la República de Costa Rica
General en Jefe del Ejército Expedicionario
Que marcha a Nicaragua
Declara:
Todos los filibusteros, de cualquier nacionalidad a que pertenezcan, que sean aprehendidos con las armas en la mano, sufrirán inmediatamente el rigor de la ley siendo fusilados.
Los que sin haber hecho armas contra la república las depongan voluntariamente, deserten de sus filas y se presenten ante los jefes del Ejército Nacional, serán perdonados.
Liberia, 27 de marzo de 1856
Boletín Oficial, 2 de abril de 1856

Una nota histórica sobre la lucha contra los filibusteros
«Veinte filibusteros, originarios de Alemania, Isla de Corfú, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Irlanda, Italia, Panamá, Prusia e Isla de Samos fueron apresados con armas y sometidos a consejo de guerra por el asesinato de siete guardas en Bahía de Salinas, tres mozos de hacienda Santa Rosa y dos mensajeros enviados a Granada; se impuso la pena capital a todos, excepto a un embustero irlandés seudoperiodista que resultó perdonado. El canciller de los Estados Unidos protestó por este “caso de espantosa barbaridad”. Desde su periódico, Walker hizo coro a Washington: “A la larga lista de inhumanos monstruos sanguinarios que en tiempos diversos aparecen en acción sobre el escenario de las naciones, debe añadirse el nombre de Jhon Rafael Mora, Presidente de Costa Rica y General en Jefe de sus ejércitos en la guerra contra Nicaragua. En adelante, deambulará por el mundo como objeto del aborrecimiento de todos los hombres, como diana de un rifle justiciero, con la marca de Caín sobre su frente y el estigma de la sangre sobre su nombre, mientras sus actos de muerte servirán únicamente para llenar un relato de terror. Por dondequiera que vague y cualesquiera sea su fortuna, la voz de la execración resonará en sus oídos y lo perseguirá hasta la tumba”.
Esta nota encierra dos verdades, la necesidad de que los pueblos aprendan a luchar valientemente y con inspiración patriótica. Es luchar contra el imperialismo para conquistar la justicia social para todos los trabajadores, el socialismo. El valor del ejército costarricense y el Presidente Mora conquistaron la libertad en ese momento histórico y nos legaron la orden de seguir luchando por su plenitud.
De otro lado, la invariable falsedad de los imperialistas yanquis. Desde entonces mienten con bellas palabras para alcanzar los más cueles propósitos.
Simón Bolívar vio con claridad la inmoralidad de la política de los Estados Unidos. La sintetizó en una frase escrita en 1829 y que sigue alumbrando el camino de los luchadores antiimperialistas: LOS ESTADOS UNIDOS PARECEN DESTINADOS POR LA PROVIDENCIA PARA PLAGAR LA AMERICA DE MISERIA EN NOMBRE DE LA LIBERTAD.

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