Disputado inicio de la contienda electoral en el PLN

Por: Humberto Vargas Carbonell
Llegó la hora de prestar atención a las luchas electorales. Se prendieron las mechas de los cachiflines pirotécnicos. Sin altura y sin brillo apenas alcanzan el grueso de las suelas. Es lo tradicional: no decir nada serio porque no tienen nada que decir o para que nadie pueda cobrar responsabilidades por haber mentido.
Ahora los mensajes de los candidatos se hacen por televisión, bien maquillados los cachetes y engominadas las cabelleras de quienes las tienen o si no bien lustradas al cocas peladas.
Así es la mecánica electoral, en el mundo donde la mentira es la emperatriz más poderosa. Ahí la verdad es un insulto.
Se acabaron los “mitines” donde al menos los electores podían ver al candidato directamente; las tecnologías modernas son evidentemente más idóneas para crear emociones irracionales, que al fin de cuentas son las brújulas torcidas que orientan a quienes al final serán bautizados con el honroso pero falso nombre de “voluntad popular”.
José María Figueres finge la voluntad de aclarar sus gravísimas faltas autoagraviándose, al extremo de implicar en el desafuero a su señora madre. Todo es un truco para no decir la verdad, haciendo el papel del “pobrecito”. Despertar la lástima de los buenos para ocultar las maldades que le cuelgan.
Levantar un muro de lamentos para encubrir iniquidades, es una vieja triquiñuela electorera que se acompaña con la permanente actividad de los deformadores de la opinión pública: el monopolio mediático.
Con estos métodos se genera una oscura nebulosa que encubre la mentira y el engaño, no permite que los pueblos recobren la lucidez y la claridad necesarias para hacerse dueños de sus propios destinos. El electorerismo es magia negra que ciega, para que muchos de los humildes no puedan ver ni siquiera las tragedias que están selladas en su propio pellejo.
Antonio Alvarez Desanti está en la contienda contra Figueres, pero en lo esencial son la misma tragedia. Don Antonio no recibió los millones que Alcatel le entregó a Figueres, pero el destino le ha permitido ser uno grandes en la tribu de los multimillonarios. Y esto es lo que hace que naveguen en el mismo mar y con las velas hinchadas por el mismo viento oligárquico.
Dice este señor que va “desentrabar” al Estado”. Romper trabas, para qué, no lo dice. Viniendo de quien viene esa consigna y que es también la de sus amigos y guías, los hermanos Arias Sánchez, se puede interpretar que se trata de abrir curso a todos los modos de explotación y dejar libre la presencia de monopolios extranjeros. Sin controles públicos y sociales quitar trabas significará desatorar los tubos por donde corra libre la porquería de la explotación de los capitalistas y los desmanes de las inversionistas extranjeros.
El sueño “desentrabado” es convertir a la patria de Juanito Mora y de Joaquín García Monge en un inmenso bananal donde se no respeten los derechos de los trabajadores o en una porción de tierra usurpada.
En el centro de esta pelea están los hermanos Arias, pero no como jueces imparciales. Están en juego también sus oscuros intereses. No lograron llegar a un acuerdo con José María Figueres y se fueron para la otra esquina y ahí sentaron a Alvarez Desanti.
¿Quien ganará? Para los explotados y marginados no cambiará nada y si algo cambia será para peor, pero, para los Arias, sí es decisivo el resultado de esta contienda.
Ya tienen –por si pierden—a otro pupilo calentando para entrar al combate.
Se vislumbran algunos pupilos, pero por ahora esperemos el resultado, que para el dos de abril faltan muy pocos días.